mientras la inmensa frente fatigada
siente un beso sin luz, un beso largo,
unas palabras mudas que hablan del mundo
finando.
(...) el amor y el dolor son tu reino.
Carne mortal la tuya, que, arrebatada por el espíritu,
arde en la noche o se eleva en el mediodía
poderoso,
(...)
No es ese rayo velador que súbitamente te
amenaza,
iluminando un instante tu frente dormida,
para hundirse en tus ojos e incendiarte,
abrasando
los espacios con tu vida que de amor se
consume
No. Esa luz que en el mundo
no es ceniza última,
luz que nunca se abate como polvo en tus
labios,"
Vicente Aleixandre
"Yo soy", dice la luz. Es la pura existencia, la fuente de la vida que asume todo origen. Fiat lux es la orden de inicio. Se trata de un proceso de respiración, el sístole y diástole del corazón.
La ausencia de luz es sólo imaginaria, circunstancial, momentánea. Es un estado que como la noche, nos rodea de recuerdos; pero en la profundidad y en la intensidad permanecen los sueños. La ausencia no son sino fugaces vislumbres que nos hacen sentirnos solos y afloran a la superficie como una exhalación de calma que abrasa el corazón.
La luz es como el agua que adquiere las formas del recipiente que llena. Forma dat esse rei dicen los escolásticos; sin embargo, es la esencia que da la forma, la que impulsa y la que queda. Es la belleza que todo lo crea y libera a cada instante; es la luz del Ser que brilla a través de las formas.
De aquel otoño del tiempo que se hizo pasado, quedarán los sueños y el mejor y más tierno amor que con el paso de los años serenarán el ánimo. La luz, plenitud de un momento que se nos ha arrebatado; un momento en el que todo nos falta y se nos hiela el alma; un momento en el que la voz nos falta para exclamar con Leonardo, "Mirad la luz y admirad su perfección. Cerrad los ojos y observad: lo que habéis visto no existe ya...".
Descansa en paz mi Muchiña querida hasta el día en el que podamos de nuevo conversar...