APRENDIENDO A VIVIR

SOMOS LO QUE COMEMOS Y LO QUE PENSAMOS: Nuestra salud mental depende en buena medida de nuestro sistema de creencias y de nuestra alimentación.
Este blog quiere ser un punto de encuentro para las personas que buscan una explicación, para los que no comprenden; aquellos y aquellas que buscan con una actitud libre y abierta respuestas...
...quiere ser una herramienta a favor de la tolerancia, la justicia y la libertad...
...un instrumento para tomar el control...
...una ayuda para conocerse mejor, comprender la existencia humana, nuestras necesidades y apegos...
...en definitiva una herramienta para llenar nuestro vacio interior y recuperar la confianza...

martes, 30 de julio de 2019

"INDUSTRIA DEL RELATO/CRISIS DE LA ESPERANZA"

"La historia de las luchas de poder sigue estando casi totalmente oculta. El saber no entra en ello: eso no debe saberse". M. Foucault

Para  muchos es ya un tópico hablar de crisis de la esperanza. Con la lucha por el relato en el ruedo de la política, tan de actualidad en España, se ha vuelto a poner en crisis el concepto idealista de la esperanza, llevándose por delante en cierta manera la del futuro, lugar natural de la esperanza.

Decía Wittgenstein que los limites de nuestro lenguaje son los límites de nuestro mundo, y Foucault que no hay más verdad que la que estabece el poder. Para el filósofo Salvador Paniker, el hombre es un animal enajenado, víctima del simbolismo de su lenguaje. La percepción de la realidad es filtrada por las categorías del mundo simbólico, y las personas son dominadas y condicionadas por el mundo simbólico del lenguaje. 

Se respira en la actualidad cierta cultura para las masas, no surgida de ella, sino de los propietarios de los medios de produción. Es una cultura a la que le falta espontaneidad, condicionada por los medios de comunicación que ejercen de creadores de opinión, y tienen el objetivo de llegar al mayor número posible de individuos, y que estos compren, no sólo los productos que la industria cultural ofrece, sino, también su discurso. 

Escribía George Orwell en "1984": "-¿No ves que la finalidad de la neolengua es limitar el alcance del pensamiento, estrechar el radio de acción de la mente? Este es un debate entre el lenguaje y la sociedad que hoy está más vigente que nunca porque ha puesto de acuerdo a nuestros políticos con el discurso del capital. La búsqueda de dicho nexo obedece a la necesidad de las personas para encontrar el origen de sus conductas que le da carácter de actualIdad cuando dice Marcuse: "los productos adoctrinan y manipulan, promueven una falsa consciencia inmune a su falsedad (...)". Podría continuarse diciendo que los esclavos de la cuarta revolución industrial, llámese revolución digital, son esclavos sublimados, pero son esclavos. 

Actualmente ya no sólo se explota a los trabajadores y consumidores a través de la maquinaria industrial como antaño, sino con la sujeción espiritual, psíquica y personal que esconde el "relato" que impide potenciar la esperanza en el futuro como utopia; es decir,  la esperanza en un plan o sistema ideal de gobierno en el que se conciba una sociedad justa y equitativa en la que la solución de los conflictos lleve a la necesaria armonia en la rueda de la vida. La maquinaria puesta en marcha, no pretende, como decía Kant, hacernos mayores de edad, sino vendernos el discurso del crecimiento y el consumo como promesa de felicidad. La universalización del crecimiento como causa esencial de transformación del individuo. Un crecimiento a ninguna parte, cuyos vectores se dirigen a conveniencia del discurso político del momento, siempre dirigido por la presión de la rentabilidad.