Decía Paul Auster que si la justicia existe, debería ser igual para todos; nadie puede quedar excluido, ya que de lo contrario, no sería justicia. Para Platón, la justicia es la virtud en la que confluyen todas las demás, y está basada en la idea del Bien, que le proporciona armonía al mundo. A través de la justicia conseguimos la felicidad, por medio de la prudencia, la templanza y la valentía. Aristóteles diría que la justicia es igualdad proporcional.
El concepto de justicia constituye una de las piezas básicas y más complejas del lenguaje moral. En el lenguaje común se intuye que las personas deben recibir el trato que se merecen. "Dar a cada uno lo suyo", como diría Ulpiano. Al principio, el término justicia estuvo relacionado con justeza, juntura o ajuntamiento de los seres con el orden divino. Para los griegos ese orden era la Physis. La justicia no es algo que debamos esperar, sino algo que debemos procurar y buscar. La tendencia de relacionar justicia y leí, ha derivado en la aplicación de normas que han beneficiado siempre a una élite en detrimento del pueblo, por lo que el criterio de justicia no se puede limitar al ámbito legal, ya que justo no es lo mandado, sino lo debido.
Existen principios éticos y jurídicos universales, ahistoricos e independientes de la voluntad humana, que proceden del Logos, naturaleza divina del Kosmos y que puede ser conocidos por el ser humano con ayuda de la intuición, la inteligencia y la razón. Sin embargo "el derecho" termina siendo un fenómeno histórico cuyo contenido depende de las circunstancias concretas del tiempo y el lugar en donde se desarrolle. Según Hobbes, reemplazado por mandatos emanados del "soberano" para proteger al hombre del hombre, de esta forma, el soberano pasa a ser el "lobo", con la excusa de ofrecer a los ciudadanos la felicidad.
Hart y Nino dicen que hay principios de justicia universalmente válidos que se pueden conocer a través de la razón. Lo que hoy se llaman "derechos humanos" no son más que una nueva forma de derecho natural cuya validez es independiente de lo que dispongan las normas del derecho positivo. Son facultades y poderes innatos del ser humano que los posee por el mero hecho de serlo. La naturaleza de la que se derivan los principios universales es la naturaleza del Kosmos; si se quiere, la naturaleza de Dios, que incluye "las sociedades y la/s historia/s", y la naturaleza de la persona como parte indivisible del Kosmos.