APRENDIENDO A VIVIR

SOMOS LO QUE COMEMOS Y LO QUE PENSAMOS: Nuestra salud mental depende en buena medida de nuestro sistema de creencias y de nuestra alimentación.
Este blog quiere ser un punto de encuentro para las personas que buscan una explicación, para los que no comprenden; aquellos y aquellas que buscan con una actitud libre y abierta respuestas...
...quiere ser una herramienta a favor de la tolerancia, la justicia y la libertad...
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miércoles, 27 de junio de 2018

"TOTALITARISMO SILENCIOSO"

"Todo lo que hoy día llamamos comunicación, es puro ruido con el que se cubre el mutismo de lo hechizado". MINIMA MORALIA

El resultado de la extensión del "aparato económico" sobre "lo político" y sobre todos los aspectos de la vida humana, imposibilita alcanzar la libertad y la autonomía y, por extensión, la verdadera democracia.  El aplastante "ruido" de las sociedades modernas provoca la progresiva liquidación del individuo, y lo asfixia hasta no dejar sitio para lo divergente. 

Una especie de "dominio silencioso" se extiende como la pólvora con la ayuda de los medios de comunicación y, en parte, de las "redes sociales". En las "sociedades avanzadas" ya no se ejerce, en la mayoría de las situaciones de dominio, una violencia visible. Sociedades en apariencia más humanitarias, exponentes de libertades y derechos, ejercen un "dominio silencioso" sobre el ciudadano que apunta a la desaparición del "principio de individuación" desde la instrumentalización, el control económico y la "integración social".

Se trata de un dominio ejercido sobre las conciencias que muestra las contradicciones que encierran las sociedades modernas: por un lado muestran a un individuo libre y autodeterminado pero, por otro, el individuo es aniquilado y reducido. Los seres humanos dejan de ser únicos e irremplazables, para transformarse en seres genéricos, cada vez más iguales entre sí dentro de una sociedad que, ya no los convierte en seres anónimos como en el pasado, sino en productos de consumo que colaboran en su propia alienación; y cuyas actividades, comportamientos, formas de pensar y de sentir son moldeadas al servicio de los intereses de una "superestrutura económica" que dirige el "todo social".

Llama poderosamente la atención el símil con la uniformización del ciudadano en las sociedades totalitarias. Todas las esferas de la vida caen bajo la administración de "lo total". El ocio y el tiempo libre se adaptan a la oferta comercial del momento, siendo una fantasía la posibilidad de elección. La capacidad de sorprender, la espontaneidad o, la pasión, también se debilitan frente a un sistema que todo lo abarca y lo estandariza. 

La regresión del individuo en estas sociedades consiste en la incapacidad de oir con sus propios oídos, de ver con sus propios ojos, de tocar con sus propias manos aquello que no ha sido oído, visto, o tocado. Los usos cotidianos, las acciones aparentemente espontáneas, son productos de un "entramado económico" que administra "el todo social". Las experiencias y el lenguaje se empobrecen y el diálogo entre las personas gira en torno a fórmulas estandarizadas, fijas y vacías de contenido, y son la antesala de sociedades con individuos solos y aislados en la "era de la información (comunicación)", generando la contradicción. 

La sociedad "integradora" encierra así la contradicción de que sus individuos no puedan obrar correctamente si ello contradice la integración. La falsa libertad frente a la sociedad, su aparente emancipación y, su aislamiento, imposibilitan su libertad. No es posible la integridad y la honestidad en medio de la falsedad y la hipocresía de una sociedad orientada a alcanzar una vida moralmente digna en complicidad con "las estructuras de dominio y de control".





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