APRENDIENDO A VIVIR

SOMOS LO QUE COMEMOS Y LO QUE PENSAMOS: Nuestra salud mental depende en buena medida de nuestro sistema de creencias y de nuestra alimentación.
Este blog quiere ser un punto de encuentro para las personas que buscan una explicación, para los que no comprenden; aquellos y aquellas que buscan con una actitud libre y abierta respuestas...
...quiere ser una herramienta a favor de la tolerancia, la justicia y la libertad...
...un instrumento para tomar el control...
...una ayuda para conocerse mejor, comprender la existencia humana, nuestras necesidades y apegos...
...en definitiva una herramienta para llenar nuestro vacio interior y recuperar la confianza...

miércoles, 28 de diciembre de 2022

EROTOMANÍA QUA PÈRE-VERSIÓN

 "Todas las pasiones tienen dos sentidos, Julieta: uno, muy injusto, en relación con la víctima; el otro, singularmente justo en relación con quien las ejerce". Marqués de Sade


La sexualidad histórica podría identificarse con la sexualidad orgánica y el cuerpo orgánico dividido socio-culturalmente por las religiones, la anatomía médica y el atomismo científico. A partir de ese postulado, la generación orgánica y la jouissance fálica serían producto de la perdida unidad primordial que lleva a percibir la sexualidad como degeneración de un hombre que está completamente pervertido por la obsesión mental con el coito. El coito tomaría la forma ubicua del pensamiento. La metafísica sería lo que uno lleva para sí como resultado de la vacuidad que lleva dentro. El coito se identificaría como el recurso metafísico supremo; un aparato ideológicamente conformista impuesto por la modernidad con la finalidad de ocultar la separatidad introducida por la división. Artaud dice que, "todo hombre-humano tiene un sexo debajo de su cerebro, una especie de pequenoo sexo incrustado en su consciencia".

La "erotomanía qua perversión" sería la "versión del padre", a través de un periplo peculiar del círculo incansablemente repetido por el psicoanálisis. Lo que significaría que la jouissance fálica sería el olvido por la ausencia del "outro-padre" que nos permite  "darle sentido" a la existencia al gozar père-versamente; es decir, para el Padre/Otro, con la escusa de llegar a los límites de la razón buscando la Unidad.  La sugerencia es la de ir más allá de una "voluntad de tener sexo". De tal forma, el pensamiento únicamente podría pretender pensar estableciendo una metafísica del sexo. La hipótesis sería la de un pensamiento humano que se genera a partir de una brecha que encuentra en el coito una satisfacción temporal y una siempre renovada insatisfacción. 

Podría ser, desde el punto de vista lacaniano, la epítome de un semblant  que revela y conserva una carencia. De tal forma que, sería más la insatisfación de una demanda mental que la satisfación física del coito mismo. No se trataría de una perversión específicamente patológica, sino, la repetición hasta el infinito de una père-versión estructural a través de la satisfación parcial, en la que la libido y el significado simbólico están inextricablemente entrelazados. Estar "satisfechos" sería estar "satis-fous". La satisfación dominante de un pensamiento impotente, disfrazado de erotomanía. Hegemonía ideológica de la demencia. La sexualidad solo puede ser orgánica, y por lo tanto se condena. 

La pregunta sería ¿cómo podemos superar la brecha? A través de una moralidad que reprima la  jouissance fálica qua "tapón"? O, retroceder al origen para entender el efecto "tapón" que ejerce un "Otro-padre" inventado por el discurso freudiano de la modernidad. Mientras, la imagen del "eunuco" nos persigue. La castración como un atractivo remedio para el falocentrismo. Artaud dirá influído por Nietzsche: "Eso que el hombre llama hoy en día humano no es nada más que la castración de la parte suprema del hombre". La mítica escena del amor puro se describiría así: "X..., tiene un corazón hermoso". La vuelta al amor platónico simple en contra de la castración como huída de la Totalidad. La castración desangra la vida. El hombre y la mujer necesariamente fracasan porque se desangran con la castración, en la que se solapan, por una parte la voluntad de acabar con la contra-dicción, y por la otra el anhelo de restañar la herida y volver al Origen. 

La jouissance va más allá del principio del placer freudiano. La jouissance también es el sufrimento como dolor por la melancolia del Origen; jouissance de la transgresión mítica a través del símbolo, o jouissance como breve satisfacción como componente egoica del significado y el significante. La ética antigoniana del puro deseo por la que abogaba el psicoanálisis lacaniano, se diferéncia realmente de la jouissance sadokantiana masiva? Goza de sí misma Antígona por puro deseo? Es la jouissance buena? La Naturaleza es un Ser que goza per se. Cabe la posibilidad de que el Uno primordial fuese aniquilado  por el discurso simbólico de la modernidad, anulando toda posibilidad de un Puro Primordial.