APRENDIENDO A VIVIR

SOMOS LO QUE COMEMOS Y LO QUE PENSAMOS: Nuestra salud mental depende en buena medida de nuestro sistema de creencias y de nuestra alimentación.
Este blog quiere ser un punto de encuentro para las personas que buscan una explicación, para los que no comprenden; aquellos y aquellas que buscan con una actitud libre y abierta respuestas...
...quiere ser una herramienta a favor de la tolerancia, la justicia y la libertad...
...un instrumento para tomar el control...
...una ayuda para conocerse mejor, comprender la existencia humana, nuestras necesidades y apegos...
...en definitiva una herramienta para llenar nuestro vacio interior y recuperar la confianza...

viernes, 29 de junio de 2018

"EL DISCURSO DEL PODER"

"No hay más verdad que la que establece el poder". M. Foucault

La esencia del lenguaje es un vacío esencial. La expresión literaria muestra como en la experiencia el lenguaje se levanta sobre ese vacío. Todo aquello que se dice durante una época, participa del orden de esa época, y el lenguaje es el lugar donde nace el "orden social" que lo configura. El ser social es un invento que obedece al sistema discursivo del momento. 

El discurso permite identificar, nombrar, y reflejar el orden del mundo a través de las palabras. El lenguaje posee un carácter "mágico" por su capacidad para crear y otorgar a las cosas un nombre que se configura en nuestro pensamiento. Pensamiento y lenguaje están imbricados y coimplicados en la creación del orden. El lenguaje tiene la capacidad de representar la realidad; por eso, los límites del lenguaje son los límites de nuestro mundo. Reconociendo la incapacidad de ese lenguaje para explicar el ser íntimo del ser humano y las cuestiones existenciales que lo afligen. 

El lenguaje humano puede ser utilizado como instrumento arbitrario construído para dominar las cosas o a otros seres humanos. De esta forma, la palabras, lejos de ser portadoras de significado, se convierten en signos sin cualidad, etiquetas manipulables, de señales, de consignas, como son los vocablos de la publicidad. En este contexto, ideales como "humanidad", "democracia", o "fraternidad" se convierten en mera palabrería. Mientras que a las palabras que no son simples medios o instrumentos se las interpreta como mentiras o carecen de sentido.

Cada época tiene sus propias formas de decir, de comprender y de hacer las cosas. Dependiendo de la relación entre el discurso y las cosas; de como se cuenta la realidad, el orden se define de un modo u otro. Para descubrir el orden que subyace en el discurso de una época, es necesario analizar el sistema económico de esa época; es decir, las relaciones de poder. El universo de la economía atraviesa todas las relaciones humanas, "el número se ha hecho todo poderoso y ha desintegrado el lenguaje" y los poderes de la época articulan sus palabras tejiendo redes que les permiten caminar sobre el vacío esencial del lenguaje. 

Para B. Russell lenguaje y mundo son isomórficos, tienen la misma estructura y comparten una conexión esencial. Pero, el mundo es la totalidad de los hechos, y el lenguaje es la totalidad de las proposiciones, sean verdaderas o falsas. La crítica del discurso, no es una teoría, ni una doctrina, sino una actividad de transformación creativa. Al igual que el discurso historicista no habla del pasado con neutralidad y objetividad, el discurso del poder solo da a conocer una parte, empatizando siempre con el "triunfador". La forma de transmitir la realidad está llena de ideología y de intereses. De ahí que la función de la crítica del discurso, sea la de cuestionar la tradición recibida y el discurso del poder, para sacar a la luz lo que oculta.



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