Decía Lao-Tsé, "el ser completo conoce sin ir, ve sin mirar y consigue sin hacer". El organismo humano tiene la misma propiedad de autoregularse que posee la naturaleza, con sus mismas propiedades, equilibrio y armonía. Al ser la persona un microkosmos, en ella reside la capacidad de restaurar el equilibrio roto.
Como anticipara Demócrito, el ser humano reproduce la naturaleza del kosmos (Physis tou Pantós). Decía Edward Bach: "A ninguno de nosotros, en esta tierra, se le pide que haga más de lo que esté en sus manos hacer, y si nos esforzamos en obtener lo mejor de nosotros mismos, la salud y la felicidad constituyen una posibilidad cierta para cada uno de nosotros".
La armonía intrínseca de la Physis, con sus principios activos, es capaz de restablecer el equilibrio perdido, en la sangre, caliente y húmeda como el aire, que emerge del corazón y aumenta en primavera; la bilis negra, que se origina en el bazo, fría y seca como la tierra, que aumenta en otoño; la flema, fría y húmeda como el agua que aumenta en invierno; y la bilis amarilla, caliente y seca como el fuego, que emerge del hígado y aumenta en verano.
La persona posee la vis medicatrix naturae para restablecer el desequilibrio que procede del exceso o del defecto, calor, frio, desnutrición (interna y externa), y desorientación; que se inicia en la sangre, en la médula, en el cerebro o en la mente. Unas veces por causas externas: humedad, ambiente, agotamiento o privación; otras, por causas internas, que tienen que ver con el ajuste psicológico.
Una dietética que combine estilo de vida, alimentación y ejercicio físico previenen desequilibrios severos para evitar el phármakon o la cirugía; pero el pesimismo, el odio, la envidia, la ira, la tristeza, la venganza, el tedio, y la pobreza de espíritu, enferman el alma, por lo que es necesario evitar lo maldicente, lo vulgar, lo ruín, el vicio, el chisme, el rumor, la indolencia y la vanidad.
Como anticipara Demócrito, el ser humano reproduce la naturaleza del kosmos (Physis tou Pantós). Decía Edward Bach: "A ninguno de nosotros, en esta tierra, se le pide que haga más de lo que esté en sus manos hacer, y si nos esforzamos en obtener lo mejor de nosotros mismos, la salud y la felicidad constituyen una posibilidad cierta para cada uno de nosotros".
La armonía intrínseca de la Physis, con sus principios activos, es capaz de restablecer el equilibrio perdido, en la sangre, caliente y húmeda como el aire, que emerge del corazón y aumenta en primavera; la bilis negra, que se origina en el bazo, fría y seca como la tierra, que aumenta en otoño; la flema, fría y húmeda como el agua que aumenta en invierno; y la bilis amarilla, caliente y seca como el fuego, que emerge del hígado y aumenta en verano.
La persona posee la vis medicatrix naturae para restablecer el desequilibrio que procede del exceso o del defecto, calor, frio, desnutrición (interna y externa), y desorientación; que se inicia en la sangre, en la médula, en el cerebro o en la mente. Unas veces por causas externas: humedad, ambiente, agotamiento o privación; otras, por causas internas, que tienen que ver con el ajuste psicológico.
Una dietética que combine estilo de vida, alimentación y ejercicio físico previenen desequilibrios severos para evitar el phármakon o la cirugía; pero el pesimismo, el odio, la envidia, la ira, la tristeza, la venganza, el tedio, y la pobreza de espíritu, enferman el alma, por lo que es necesario evitar lo maldicente, lo vulgar, lo ruín, el vicio, el chisme, el rumor, la indolencia y la vanidad.
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