El hombre es un invento que está sujeto a los sistemas discursivos de cada época. Como decía Foucault, no hay más verdad que la que establece el poder que crea el discurso de su propia historia. El significado de Aletheíe va más allá de su traducción como "verdad"; es algo así como el "no ser" que se niega a si mismo. Luego la vida es Ser.
Por otra parte, Heráclito decía que "el Logos" (verbo) se encuentra en todas las cosas y el "kosmos" era el orden que se observa en las partes que constituyen "la Totalidad". También decía que "todo era devenir" porque nada existe en la realidad que sea siempre igual, "lo único real es el cambio".
Heidegger nos dice que no hay un sujeto y un objeto, hay un "Dasein", por lo que, la relación ser y mundo es indisociable. Antes del "Dasein" no hay "mundo". El mundo existe en "el hombre y para el hombre", porque el hombre es una construcción de si mismo y es el, el que a su vez, construye su mundo. El "ser para la muerte" de Heidegger bien pudiera ser "el ser para la vida".
Sin embargo, el Ser de Parménides está más allá del alcance del "hombre". El Dasein que se angustia, porque no puede evitar la responsabilidad de sentirse único protagonista del mundo, en el fondo siente que no lo es. Para que exista un "devenir" que solo existe por y para "el hombre", antes tiene que existir un Ser. El devenir solo existe en la mente del "hombre".
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