APRENDIENDO A VIVIR

SOMOS LO QUE COMEMOS Y LO QUE PENSAMOS: Nuestra salud mental depende en buena medida de nuestro sistema de creencias y de nuestra alimentación.
Este blog quiere ser un punto de encuentro para las personas que buscan una explicación, para los que no comprenden; aquellos y aquellas que buscan con una actitud libre y abierta respuestas...
...quiere ser una herramienta a favor de la tolerancia, la justicia y la libertad...
...un instrumento para tomar el control...
...una ayuda para conocerse mejor, comprender la existencia humana, nuestras necesidades y apegos...
...en definitiva una herramienta para llenar nuestro vacio interior y recuperar la confianza...

domingo, 12 de noviembre de 2017

"CAMBIO DE RUMBO"

"El que domina a los otros es fuerte, el que se domina a si mismo es poderoso (...) No vayas contra lo que es justo para conseguir el elogio de los demás (...) 
El viaje de mil millas comienza con el primer paso...". Lao-Tsé 

Decía Jenófanes que si los caballos supieran dibujar, dibujarian a los dioses como caballos. En la mitología griega, no está del todo claro que el ser humano no haya existido siempre. Ovidio y Hesíodo hablan de distintas etapas por las que ha pasado la humanidad que van desde un tiempo en el que los humanos vivían de forma semejante a los dioses (edad de oro) hasta la edad de hierro, pasando por las edades de plata y bronce, en un proceso degenerativo que culmina en la etapa actual. 

Nuestro discurso histórico se retroalimenta de la etapa que nos precedió, que para Ovidio fue la edad del hierro, en la que los hombres demarcan las naciones con fronteras, les gustan las guerras, son codiciosos e impíos, y en la que la verdad, la justicia y la lealtad han desaparecido. El discurso de la historia de la etapa de la civilización actual es un discurso del hombre sobre la naturaleza. Es un discurso de desigualdades, de opresión y de dominio, en el que el hombre se dota de herramientas para dominar al hombre y convertirlo en su esclavo. 

Sin embargo, la  Physis que se mantiene a través de los cambios que sufren los seres naturales provoca en el hombre ansia de eternidad, incertidumbre y miedo a la muerte. El ser humano desvía su mirada al futuro con temor y decide apoderarse del deseo del otro para asegurar su permanencia. Esta dialéctica será la base de las relaciones humanas, configurando un mundo en el que la permanencia y el control del futuro de los hombres será el fundamento de la evolución. 

Desde Ramsés II a Darío, Alejando a César, Atila o Carlomagno, el dominio del hombre por el hombre ha escrito la historia. La gloria de los dominadores, conseguida a sangre y espada, será admirada e interiorizada como un valor universal de desarrollo cultural. Pero, cuando el miedo se apodera del ser humano, desencadena comportamentos agresivos que se instalan en lo más profundo de su ser. La locución latina, "homo homini lupus", de Plauto, popularizada por Hobbes, define esta dialéctica del ser humano que no se conforma  con la satisfacción de sus necesidades y acumula recursos para sentirse seguro y garantizarse el futuro. De esa forma se siente poderoso y cree controlar su destino. 

El vínculo emocional entre lo propio y lo ajeno será tan fuerte que terminará alienando al ser humano, enajenándolo de si mismo, y se convertirá en un hito en el desarrollo del apego por lo ajeno, por lo material y por lo externo. En el ser humano alienado de si mismo,  únicamente prevalecerá la necesidad de poder, de poseer, de tener, y abandona el ser. El control exterior será la garantía de su permanencia y se vacía como ser humano. Valores, principios y creencias girarán en torno a atributos ajenos, iniciándose una carrera sin descanso para saciar esa necesidad que tanta desazón le crea. El pensamiento anula el aquí y ahora y el miedo al futuro como garantía de permanencia, pasa a ser algo cotidiano que amenazará su supervivencia. El hombre olvida el presente bajo la angustia de la muerte. 

Bajo este paradigma, el ser humano que logre hacerse con los medios de producción, utilizará sutilmente el miedo para crear un mundo de necesidades sin límites. El miedo al futuro se interiorizará y se convertirá en un compañero de viaje para la gran mayoría que no entenderá ni cuestionará; alimentará el ego negativo, provocando desamparo y, dejará una huella en el ser humano difícil de borrar. Sin embargo, es posible el cambio de rumbo y comenzar una nueva etapa con un nuevo paradigma en el que se recupere la historia de la gente que ha sido vencida por la fuerza de las armas, orientando la atención, la inteligencia y la intención hacia la nobleza, la justicia, la honestidad, la coherencia, la serenidad y la pasión por el otro.


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