APRENDIENDO A VIVIR

SOMOS LO QUE COMEMOS Y LO QUE PENSAMOS: Nuestra salud mental depende en buena medida de nuestro sistema de creencias y de nuestra alimentación.
Este blog quiere ser un punto de encuentro para las personas que buscan una explicación, para los que no comprenden; aquellos y aquellas que buscan con una actitud libre y abierta respuestas...
...quiere ser una herramienta a favor de la tolerancia, la justicia y la libertad...
...un instrumento para tomar el control...
...una ayuda para conocerse mejor, comprender la existencia humana, nuestras necesidades y apegos...
...en definitiva una herramienta para llenar nuestro vacio interior y recuperar la confianza...

lunes, 20 de julio de 2020

EL SECRETO DEL AGUA (II)

"Para el que cree no es necesaria ninguna explicación; para el que no cree, toda explicación sobra". Franz Werfel 

...Pero, el agua no es solo fluido cambiante y purificador, amniótico, y nutritivo, también puede ser amenazador...


Los primeros filósofos griegos entendían la naturaleza como una sustancia permanente y primordial que se mantenía a través de los cambios de los seres naturales. Por Naturaleza, Spinoza entiende, un ser infinito, que consta de infinitos atributos, y cada uno de ellos expresa una esencia eterna e infinita, y Platón nos presenta la idea del Bien como la causa de la realidad, perfección y verdad. 

Los seres humanos nacemos con un temperamento que es la medida con la que la naturaleza nos dota para desarrollar nuestra personalidad. De el proceden nuestras características intrinsecas y, como todo lo natural, lleva en si la semilla de lo bueno. En la naturaleza se produce el movimiento, la realización del acto donde se define y desarrolla nuestra personalidad. El ser humano "se incuba sobre la superficie de las aguas", emerge a la materia con un temperamento que no es el yo. Busca conocerse, ser "si mismo"; busca su individuación. La individuación es la peculiaridad interna, última e incomparable de la persona que se conoce a si misma, entiende el mundo en el que vive, es libre, y fluye con la vida al desarrollar su temperamento. 

El agua fluye como una fuente permanente haciendo brotar la vida. Ante la belleza, el bien, la justicia, la bondad..., sus moléculas se ligan para formar hermosos núcleos de cristal hexagonales. El agua que bebemos se convierte en parte de nosotros, fluye con nosotros y es sensible a la información y al entorno. Somos parte de la Naturaleza y somos un 70% agua, por lo que reaccionamos de la misma forma que ambas.

La Naturaleza y el agua reaccionan al tratamiento que reciben, y almacenan la información. Son especialmente sensibles a la palabra, la emoción, y el sentimiento. Decía el maestro Eckhart: "El ojo con el que veo a Dios y el ojo con el que Dios me ve, son uno y el mismo". El agua reacciona de diferente forma al bien, la justicia y la belleza, que al mal. Somos Naturaleza y somos agua, y nuestro temperamento reacciona de igual forma al entorno. 

El líquido amniótico en el que flotamos nueve meses, simboliza el agua kósmica anterior al ego y reflejo de la vida personal. El agua hace brotar la vida, pero también desintegra y destruye cuando no se "atiende" su vibración natural. El agua es el "órgano sensorial de la naturaleza". Crea y modela la naturaleza. De agua se alimentan y están hechos los seres vivos. Del agua nacemos, pero también morimos. Su eterno fluir y eterna mudanza envuelven el mundo en su ciclo vital.

El símbolo de inmersión en las aguas significa muerte. Según Platón, La isla Atlántida fue una gran potencia militar. Su poderío llegó a dominar el oeste de Europa y el norte de África, que era como decir el Mundo por aquel entonces, nueve mil años antes de Solón. Su destino: pereció sumergida bajo las aguas. Existen numerosos relatos sobre la gran inundación que supuso El Diluvio. Además del narrado en la biblia judeo-cristiana, y que tiene origen en el génesis mesopotámico narrado en la epopeya de Gilgamesh existen referencias  a catástrofes  similares  en  las escrituras  védicas de  la  India, y en documentos aztecas  y  mayas. También  es frecuente  simbolizar  las    crecidas e inundaciones  en  serpientes  o  dragones entre pueblos  amerindios  y  en  la  cultura celta.

En la obra de Bacon: "La Nueva Atlántida" se reactualiza el mito diluviano. Según su autor, lo antinatural origina la catástrofe. Bacon insiste en la peligrosa idea del dominio de la Naturaleza. La escritora india Vandana Shiva que defiende los derechos del medio ambiente, dice que el tsunami que arrasó las costas de Asia en el 2004, fue un aviso sobre el erróneo modelo de desarrollo en las regiones costeras de la globalización dirigido por el mercado. La Naturaleza nos avisa sobre el cambio climático y las políticas equivocadas que solo persiguen el lucro.

El enriquecimiento del ego de unos pocos, hace que el agua pierda su pureza debido a la contaminación de los entornos naturales que degradan la calidad del agua sometiéndola a un entorno dañino. Somos 70% agua y si el agua generadora de vida está contaminada, convertirá a los individuos en seres tóxicos que reaccionarán a un medio malvado generando maldad: las guerras, el genocidio, la explotación de unos seres por otros son ejemplos que se repiten una y otra vez a lo largo de la historia como para que pasen desapercibidos...



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