APRENDIENDO A VIVIR

SOMOS LO QUE COMEMOS Y LO QUE PENSAMOS: Nuestra salud mental depende en buena medida de nuestro sistema de creencias y de nuestra alimentación.
Este blog quiere ser un punto de encuentro para las personas que buscan una explicación, para los que no comprenden; aquellos y aquellas que buscan con una actitud libre y abierta respuestas...
...quiere ser una herramienta a favor de la tolerancia, la justicia y la libertad...
...un instrumento para tomar el control...
...una ayuda para conocerse mejor, comprender la existencia humana, nuestras necesidades y apegos...
...en definitiva una herramienta para llenar nuestro vacio interior y recuperar la confianza...

viernes, 16 de octubre de 2020

EL EGO Y LAS INSTITUCIONES

"Cinco causas del sufrimiento, y de la infelicidad resultante: desconocer nuestra identidad auténtica, aferrarnos a la idea de permanencia en un mundo mutable por naturaleza, temer al cambio, identificarnos con esa alucinación de origen social llamada ego, temer a la muerte". Deepak Chopra 


¿Qué es lo que impide que el ser humano se reconcilie consigo mismo y con sus semejantes? Decía K. Marx que las desigualdades sociales generan la agresividad humana; sin embargo, Freud nos habla de la existencia del "malestar en la cultura"; para él, hay en el ser humano un instinto de muerte (Thánatos), y es la agresividad innata la que provoca las desigualdades. Hemos creado una fisura que genera la bipolaridad  que nace de nuestra cultura, y el ser humano puede y debe regenerar esa fisura. La regeneración pasa por retroceder críticamente al origen. 

Lo más profundo y enigmático del vivir es la conciencia de provisionalidad. Según W. Reich en toda frustración sexual hay un problema de libertad individual. En el fondo está latente la semilla contrasecular, la urgencia de volver a la energía original, más allá de la bipolaridad, al Tao, de tal forma que se supere el vértigo nihilista. La idea es que hay que liberarse de la renuncia, la culpa y la represión sexual.

Se dice que los hombres sabios son capaces de recuperar su propia locura sin perder el equilibrio. Recuperar la locura es acercarse al origen críticamente. Acercarse al origen significa liberarse de la sombra y del sentimiento de culpa generado por los esquemas dominantes que funcionan como un círculo vicioso, y que a la vez que fomentan la culpa, esconden la angustia que la culpabilidad genera cuyo resultado es la enfermedad mortal de Kierkegaard  o el hombre como animal enfermo del que nos habla Nietzsche. 

El existencialismo descubre el ser para-la-muerte como autenticidad, y con la ocultación de la muerte surge la ansiedad. Hay en ello cierto rastro del sentimiento de culpa del protestantismo. El existencialismo afirma que la ansiedad y la culpa son inseparables de la vida, puesto que ser es saber que el ser es relativo al no ser, y esa posibilidad está permanentemente presente. La consecuencia es una neurótica ocultación de la muerte responsable de la represión de la libertad. Es el instinto de muerte no reconciliado con el instinto de vida el que explica la lentitud de la liberación.

Procede superar el historicismo epistemológico. El Nirvana no está más allá, ni separado del nacimiento y la muerte, sino que la Tierra es la flor de loto. La eternidad y la liberación son el ahora. El problema es que el ego es un invento de las instituciones. Por lo que no podemos esperar ninguna cooperación liberadora. Freud presenta la represión como condición sine qua non del desarrollo de la civilización y las élites utilizan el "principio de realidad" como arma opresora. Como decía Wittgenstein, "la solución del problema de la vida está en la desaparición de este problema". 

Las raíces del ego dionisíaco se encuentran en William Blake, Jacobo Boheme, en el San Juan del Apocalipsis y en los místicos hinduistas. La muerte otorga individualidad a la vida. Si el ser humano es el único animal que reprime su muerte, se deduce que también es el único animal que reprime su vida. Las sociedad persuade al individuo de cual es su deber, creando la apariencia de que su mandato obedece a la voz de la concienciaEl vedanta, el yoga, el budismo, el taoísmo enseñan que la vida deja de parecer problemática cuando advertimos que el ego es una ficción social. El ego es una ficción de un supuesto carácter permanente, y la muerte termina con esa representación. 


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