APRENDIENDO A VIVIR

SOMOS LO QUE COMEMOS Y LO QUE PENSAMOS: Nuestra salud mental depende en buena medida de nuestro sistema de creencias y de nuestra alimentación.
Este blog quiere ser un punto de encuentro para las personas que buscan una explicación, para los que no comprenden; aquellos y aquellas que buscan con una actitud libre y abierta respuestas...
...quiere ser una herramienta a favor de la tolerancia, la justicia y la libertad...
...un instrumento para tomar el control...
...una ayuda para conocerse mejor, comprender la existencia humana, nuestras necesidades y apegos...
...en definitiva una herramienta para llenar nuestro vacio interior y recuperar la confianza...

viernes, 14 de octubre de 2016

ATARAXIA

"La mayor riqueza consiste en vivir con poco, pues de lo poco jamás hay escasez".
Epicuro

     Los placeres de la carne que sacian las urgencias naturales son el requisito mínimo para una existencia feliz; pero, como diría Epicuro, son más graves los dolores y mayores los placeres del alma. En esencia, todos los esfuerzos deben orientarse a conseguir que las experiencias placenteras del cuerpo y del alma predominen sobre la enfermedad y el dolor. El objetivo será conseguir la felicidad a través del placer; a través de la quietud mental y de la Ataraxia. 
     El pensamiento en la ignorancia se atormenta recordando males pasados, sin saber que es a través de la intención que reorientamos los males. La felicidad envuelve nuestra vida como un todo, no va y viene con los episodios particulares de la pena o el gozo.  A través de la mente, podemos abolir todas las perturbaciones que asaltan el ánimo e incluso oponer alegría a los infortunios. 
      Ser feliz no depende del curso de los acontecimientos, sino de la actitud que uno tiene recordando el pasado sin disgusto y gozando del presente, de forma que al darse cuenta de su plenitud y calidad, deja de estar pendiente del futuro. El bienestar del cuerpo es básico para la serenidad del alma. La felicidad consiste en la salud del cuerpo y en la paz y tranquilidad del alma. La ausencia de paz interior atrae al mayor mal: la enfermedad y el dolor. 
     El placer lleva a la Ataraxia y esta a la ausencia de enfermedad y de dolor. El mayor bien es la felicidad que se basa en el placer. Un estado de calma interior que surge del pensamiento de que uno tiene el poder de conseguir todo lo que necesita sin tener que preocuparse por el futuro. Es la libertad del dolor. 

1 comentario:

  1. La felicidad, concebida como un estado de alegría permanente, es posible. Esta afirmación esta fundada en una experiencia que tuve la suerte de vivir y que a continuación refiero: en un momento determinado de mi vida decidí abandonar la carrera de estudios que estaba cursando, me encontraba entonces sin hacer absolutamente nada, en un estado de ocio ininterrumpido, transcurrido un tiempo comencé a sentir una sensación de alegría, la cual iba in crescendo hasta convertirse en algo continuo, y acompañando a ello una disminución de la inhibición, que por cierto era importante, hasta perderla completamente. Al cabo de un tiempo decidí retomar mis estudios, lo que me valió volver a mi estado “normal”. No estoy seguro de todas las personas que alcanzaran un estado de ocio ininterrumpido necesariamente pudieran experimentar ese inefable sentimiento, intuyo que hay un elemento más, y entiendo que este sería el de un distanciamiento de las cosas en general, que es una característica de mi personalidad.
    Aquella singular experiencia se la di a conocer a una persona allegada, ella era aficionada a cuestiones vinculadas a lo religioso, lo espiritual, lo místico, me hizo llegar entonces un libro relacionado con esos temas. Luego de la lectura de ese texto comencé a atiborrarme de aquellos libros que son insignes de la literatura filosófica y religiosa de la antigüedad. En ellos observé una notable afinidad en asuntos vinculados con la naturaleza humana.
    Decidí entonces compilar esos dichos, entre ellos está este que se corresponde con aquella experiencia: “cuando cesa el deseo, nace el júbilo” (Buda), este aserto nos da la idea de la existencia de potencialidades que subyacen en nuestra mente, las cuales, permanecen veladas por los sentidos. El prístino apotegma “conócete a ti mismo” sugiere la presencia en el hombre de una cualidad esencial, de algo trascendental por el cual esta exhortación nos mueve a explorar en nuestro interior en la búsqueda de su revelación. Esa trascendencia es representada por Platón en su célebre parábola de la cueva, allí el hombre que consigue desasirse de sus cadenas avanza hacia el exterior para encontrarse con una realidad excelsa.

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