APRENDIENDO A VIVIR

SOMOS LO QUE COMEMOS Y LO QUE PENSAMOS: Nuestra salud mental depende en buena medida de nuestro sistema de creencias y de nuestra alimentación.
Este blog quiere ser un punto de encuentro para las personas que buscan una explicación, para los que no comprenden; aquellos y aquellas que buscan con una actitud libre y abierta respuestas...
...quiere ser una herramienta a favor de la tolerancia, la justicia y la libertad...
...un instrumento para tomar el control...
...una ayuda para conocerse mejor, comprender la existencia humana, nuestras necesidades y apegos...
...en definitiva una herramienta para llenar nuestro vacio interior y recuperar la confianza...

domingo, 16 de julio de 2017

"ENTENDIMIENTO Y LIBERTAD"

"Lo importante no es lo que han hecho de nosotros,  sino lo que hacemos con lo que han hecho de nosotros". J. Paul Sartre

Decía Sartre que "el hombre es radicalmente libre y el único responsable de su vida". El ser humano es acción permanente, y siempre elige y decide en el proyecto perpetuo del ser en la "durée". La realidad psíquica se nos aparece como fluencia continua en un plano de acción en lo exterior. La persona siempre actúa, siempre decide en el proyecto perpetuo de ser. No puede no decidir, en eso consiste su libertad: la posibilidad de elección continua. Todo ser vive, pero solo es libre aquel que se cuestiona su posición en el mundo y solo es posible hacerlo, primero a través de la razón y el conocimiento y, finalmente,  con el entendimiento y la intuición. 

La conciencia es intencional, no es una estructura interna pasiva del sujeto que espera a ser afectada por los objetos.  Por el contrario, toda aprehensión del objeto constituye la actividad de la conciencia, ya que es ella la que crea los objetos a priori. Es el punto de partida de la actividad humana ya que su acción es indudable y necesaria. Sin embargo, su actividad es un "hacerse" en contacto con lo exterior, con el mundo que crea y es a la vez percibido, abriéndose a la praxis cotidiana, afectiva, interpersonal y colectiva. 

En la Naturaleza todo es efecto, todo tiene una causa. La ley de la conservación de la energía puede llevarnos hasta la materia cerebral y sus movimientos; pero aplicarla a la conciencia es aceptar la hipótesis psicofisiológica, y si bien la conciencia pende, no depende de la materia nerviosa. La experiencia demuestra que el acto que se realiza está determinado por los actos psíquicos anteriores; pero en el momento que precede al acto hay una deliberación. La conciencia oscila entre distintas alternativas y si se decide por una en particular es que es libre. La acción es siempre viva, es un "hacerse" y no se puede sustituir por la acción ya hecha. La determinación de los actos humanos es interna, íntima, totalmente distinta de la determinación física en el espacio; los actos son imprevisibles porque son libres ya que en la intimidad de una conciencia no puede haber conocimiento exterior, sino solo interior, o sea, intuición.

Vivimos en sociedad y la parte externa de nuestro yo es presa del automatismo impuesto por "estructuras de poder" y pasa a no pertenecernos, está alienada, mientras en nuestro "castillo interior", permanece lo inefable y lo indefinible de nuestra personalidad. En lo más hondo de ella somos nosotros mismos y de ese fondo surgen, de vez en cuando, porque la sociedad no los tolera, actos plenamente libres que no siempre "obedecen" a la razón. 

El individuo vive existiendo y existe en situación, proyección y compromiso con "el otro"; pero la conciencia descubre una realidad inmediata y hostil, la inclemencia del vivir. La vida se ha de crear y existir implica el conocimiento inmediato de ser un ser destinado a la no existencia, con la conciencia de la muerte surge la angustia e intenta alejarse de ella en un continuo proyecto de ser en un mundo sin esperanza. 

Sin embargo, con la comprensión instantánea y más interna del nexo entre lo singular y la potencia divina que lo produce, el individuo se conecta a la Naturaleza; es como si la intuición lograra la transparencia plena de la intersección entre ambas. Por eso esta lucidez desencadena una fuerza transformadora mayor en quien entiende. Mediante este tipo de saber, el sujeto se cualifica y profundiza en su comprensión, crece en potencia y siente y experimenta sin reservas, fuera de los límites y condicionantes ordinarios. 

1 comentario:

  1. Guau!!! este texto me viene genial. Es excelente. Muchas gracias!!!

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