APRENDIENDO A VIVIR

SOMOS LO QUE COMEMOS Y LO QUE PENSAMOS: Nuestra salud mental depende en buena medida de nuestro sistema de creencias y de nuestra alimentación.
Este blog quiere ser un punto de encuentro para las personas que buscan una explicación, para los que no comprenden; aquellos y aquellas que buscan con una actitud libre y abierta respuestas...
...quiere ser una herramienta a favor de la tolerancia, la justicia y la libertad...
...un instrumento para tomar el control...
...una ayuda para conocerse mejor, comprender la existencia humana, nuestras necesidades y apegos...
...en definitiva una herramienta para llenar nuestro vacio interior y recuperar la confianza...

viernes, 19 de febrero de 2016

EL LADO OSCURO DE LA NATURALEZA HUMANA

"Donde hay amor no existe el poder y donde predomina el poder, el amor brilla por su ausencia." C. G. Jung

En los dinteles de piedra del derruido templo de Apolo en Delfos, sobre la ladera del monte Parnaso, los sacerdotes grabaron dos inscripciones; una de ellas reza: "conócete a ti mismo". Los sacerdotes del dios de la luz, aconsejan que lo conozcamos todo sobre nosotros mismos, incluido el lado oscuro. 
      
Nuestras emociones más "bajas" o temidas se encuentran ocultas en la oscuridad; un lugar al que desterramos las cualidades que no se adecúan a lo esperado por nuestra familia, la sociedad o la cultura. A la par se va configurando nuestro yo más explícito y por el que nos conocerán. 
  
En la oscuridad se esconden aquellas características que nuestra personalidad consciente repudia y no quiere reconocer; pero que operan en nuestro sistema psíquico. Aspectos inquietantes que pueden viajar a la luz de la conciencia amenazando y desestabilizando nuestra personalidad. 
     
A lo largo de la historia, el miedo a "caer" se expresó como temor a ser poseído por el diablo. Los cuentos de vampiros y de hombres lobo, son ejemplos de ello; la leyenda de Fausto que, cansado de ser virtuoso termina pactando con el diablo; el doctor Jekyll, transformándose en el monstruo Mr. Hyde... 
     
Mantenemos ocultas nuestras cualidades censuradas con la esperanza de que nadie las descubra y que algún día podamos expandir nuestra personalidad dejando que fluyan, despojándonos de la máscara, nuestro rostro inocente; y de la ambigüedad moral, expiando el pecado de Adán y retornando al Paraíso. 
      

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