APRENDIENDO A VIVIR

SOMOS LO QUE COMEMOS Y LO QUE PENSAMOS: Nuestra salud mental depende en buena medida de nuestro sistema de creencias y de nuestra alimentación.
Este blog quiere ser un punto de encuentro para las personas que buscan una explicación, para los que no comprenden; aquellos y aquellas que buscan con una actitud libre y abierta respuestas...
...quiere ser una herramienta a favor de la tolerancia, la justicia y la libertad...
...un instrumento para tomar el control...
...una ayuda para conocerse mejor, comprender la existencia humana, nuestras necesidades y apegos...
...en definitiva una herramienta para llenar nuestro vacio interior y recuperar la confianza...

sábado, 27 de febrero de 2016

NORMALIDAD O LOCURA (II)

"En el amor siempre hay algo de locura, mas en la locura siempre hay algo de razón"  Friedrich Nietzsche

     Como decía el poeta H. Heine, la verdadera locura quizás no sea otra cosa que la sabiduría misma que, cansada de las vergüenzas del mundo, ha tomado la inteligente solución de volverse loca. Desde el nacimiento el ser humano comienza un largo camino de aprendizaje que lo diferenciará del entorno y de los demás, hecho que dará lugar a la formación del "yo" y que no terminará hasta su muerte. 
     Si para Vigotsky, el adulto guía al niño, para Piaget, interpretará su "acción" y lo modelará. Paulov demostró que se pueden establecer asociaciones entre estímulos y respuestas a lo largo de toda la vida y Skinner dice que se puede controlar totalmente la conducta humana; pero, para ello, es preciso eliminar el interior de las personas, su conciencia y evitar que piense. 
     La ONS (Organización Mundial de la Salud) define la salud como "un estado de completo bienestar físico, psíquico y social, y no sólo como ausencia de enfermedad". Vistas así las cosas, cabría preguntarse quien está realmente sano. Puede tenerse salud física y psíquica; pero vivir marginado por la sociedad. Podemos estar integrados, pero presentar alteraciones somáticas o psíquicas que perturban nuestro ánimo y nos hacen desdichados.
    Si resulta problemático definir la salud mental, más complicado es definir la enfermedad mental. Desde el punto de vista estadístico, sería normal aquel que se comporte como la mayoría, entrando en el complejo y contradictorio dilema de si sano equivale a mayoría. El hecho de que haya una gran frecuencia de caries nos llevaría a considerarla normal. Pudiera pensarse que el criterio de salud depende del grado de alienación de la persona o, del grado de tolerancia de la sociedad para con sus miembros.
      En este siglo, se utiliza con demasiada frecuencia la psiquiatría y la psicología para enviar el mensaje de que la felicidad y el bienestar son posibles a toda costa. Es peligrosamente frecuente ver como los padres de un niño/a que no obtiene los resultados académicos que esperan llevarlo al psicólogo para que les solucione el problema. O cuando un/a joven que no logra ser "feliz" como las revistas y la televisión le prometen, acude al psiquiatra para que le de un remedio rápido y eficaz que mitigue su desasosiego.
       La alegría, el miedo e incluso la cólera son sentimientos humanos. El problema es que la sociedad educa para consumir y no aporta herramientas para utilizar nuestra inteligencia emocional para resolver nuestros problemas. La solución pasa por educar y desarrollar precisamente aquello en lo que ponen más empeño en erradicar : nuestro interior, nuestra conciencia y nuestro pensamiento. 

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