APRENDIENDO A VIVIR

SOMOS LO QUE COMEMOS Y LO QUE PENSAMOS: Nuestra salud mental depende en buena medida de nuestro sistema de creencias y de nuestra alimentación.
Este blog quiere ser un punto de encuentro para las personas que buscan una explicación, para los que no comprenden; aquellos y aquellas que buscan con una actitud libre y abierta respuestas...
...quiere ser una herramienta a favor de la tolerancia, la justicia y la libertad...
...un instrumento para tomar el control...
...una ayuda para conocerse mejor, comprender la existencia humana, nuestras necesidades y apegos...
...en definitiva una herramienta para llenar nuestro vacio interior y recuperar la confianza...

viernes, 4 de marzo de 2016

HOMO HOMINI LUPUS?

"La democracia se ha convertido en un instrumento de dominio del poder económico y no tiene ninguna capacidad de controlar los abusos de este poder". José Saramago

Decía Thomas Jefferson que la democracia no puede ser a la vez ignorante y libre. La gran promesa de progreso ilimitado, de dominar la naturaleza, de progreso material, de mayor felicidad para el mayor número de personas, y de libertad personal sin amenazas, mantuvo la esperanza y la fe de la gente desde la Revolución Industrial. El progreso industrial nos hizo creer que la técnica nos haría omnipotentes y la ciencia omniscientes. 
Los hombres y las mujeres creían en un sentimiento nuevo de libertad que los haría dueños de sus vidas; pero el capitalismo con la satisfacción ilimitada de los deseos no pudo cumplir su promesa. El sueño de ser dueños de sus vidas terminó cuando el ser humano comprendió que no era más que una pieza del engranaje de una gran maquinaria burocrática, que el progreso económico se limitaba a una pequeña parte de la población y que los países ricos se distanciaban cada vez más de los pobres. 
El poder hace a los hombres inhumanos y sin conciencia; hombres y mujeres que fundamentan la existencia humana en la necesidad perpetua. El hedonismo radical del capitalismo basado en el consumo ilimitado provoca una sociedad sola, angustiada y deprimida, con ciudadanos destructivos y dependientes que se alegran cuando pueden "matar" el tiempo ahorrado con tanto esfuerzo. El Capitalismo cambia la conducta ética por la ley de la necesidad económica; el sufrimiento de las personas y la quiebra de las pequeñas empresas por el beneficio de los grandes Lobbys, hecho que debemos aceptar como ley natural. Se trata de convencer que el egoísmo que alimenta el Sistema es inherente al ser humano y que las sociedades que no son egoístas son primitivas. Sin embargo, los recursos son limitados y la naturaleza busca siempre el equilibrio luchando contra la rapacidad humana. El Capitalismo desprecia a la naturaleza y a todo lo que se oponga al lucro, convirtiendo los rasgos del carácter de las personas en rasgos patógenos que a la larga acaban corrompiendo su comportamiento y por extensión enfermando a toda la sociedad. 
     

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