APRENDIENDO A VIVIR

SOMOS LO QUE COMEMOS Y LO QUE PENSAMOS: Nuestra salud mental depende en buena medida de nuestro sistema de creencias y de nuestra alimentación.
Este blog quiere ser un punto de encuentro para las personas que buscan una explicación, para los que no comprenden; aquellos y aquellas que buscan con una actitud libre y abierta respuestas...
...quiere ser una herramienta a favor de la tolerancia, la justicia y la libertad...
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...en definitiva una herramienta para llenar nuestro vacio interior y recuperar la confianza...

jueves, 14 de abril de 2016

DESEO

"En todo ser humano hay deseos que no querría comunicar a otros, y deseos que no quiere confesarse a si mismo". Sigmund Freud

El deseo,  dice Hegel, es el primer impulso, activo no cognoscitivo que vincula, todavía en el plano de la vida, de la naturaleza, al hombre con la realidad. Desear es tener conciencia de una carencia que trata de ser suplida mediante la negación por apropiación, por asimilación, de algo "otro" para esa conciencia. El deseo supone un sujeto consciente de su yo como opuesto a un "no yo" del que tiene que apropiarse para restaurar su unidad, escindida por el sentimiento de carencia. Lo esencial del deseo es "lo otro"; pero, al final, "lo otro" también se revela evanescente.
     
A través de la satisfacción, la conciencia se busca a si misma; pero con la experiencia de la satisfacción comprueba su fracaso, el deseo no se agota nunca y la experiencia de la insatisfacción se ve eternamente renovada.  El orden humano se pone por encima de la vida imponiendo una lucha por el reconocimiento de la que surge la doble figura del amo y el esclavo. Apropiarse del objeto de deseo del otro se impone y la única libertad se obtiene por caminos desviados, desplazados, activando mecanismos perversos para revertir el propio sometimiento.
          
El deseo en el orden humano requiere del otro, para ser uno, hacen falta dos. La autoconciencia se alcanza con el reconocimiento de "lo otro" y la satisfacción con el otro y no con la apropiación de "lo otro" y "el deseo del deseo del otro". Los seres a los que se les prohíbe una verdadera satisfacción de la acción, encuentran una vía de escape que consiste en actuar por reacción, oponiendo al dominador en su interior. La oposición inconfesada se expresa por medios destrocados y sustitutivos provocando síntomas en lugar de actos y satisfacciones sustitutivas como las neurosis.
       

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