(Una mentira arrastra a otra)
Verdad y mentira se presentan como conceptos antitéticos, enfrentados y relacionados en términos dicotómicos. Según Derrida, se trata de un estado intencional que se sabe tergiversador de una situación determinada. Pero en determinados ámbitos, no sirve ampararse en el carácter ontológico sobre lo verdadero y lo falso que se asienta sobre entidades subjetivas como el dolor o el sufrimiento; tampoco sirve la justificación de falta de intencionalidad, demasiado fácil para un mentiroso hábil.
Lo que ocurre no miente, son las personas con intereses las que mienten. Nos adentramos en la madurez intentando gestionar adecuadamente la mentira. El científico protege lo que se dice en el interior del paradigma para protegerlo de otras formas de decir y contar. La mentira es una forma de hablar que oculta otras formas de contar la realidad. Es el prolegómeno de una vida enfrentada con la mentira que habla. Una deformación sobre cierta forma de ver la realidad. Una interpretación que se impone convirtiéndose en estructura. Mentiras colectivas que hilvanan la trama de la historia con las que explicamos y justificamos nuestro pasado y construimos nuestro futuro.
Lo que ocurre no miente, son las personas con intereses las que mienten. Nos adentramos en la madurez intentando gestionar adecuadamente la mentira. El científico protege lo que se dice en el interior del paradigma para protegerlo de otras formas de decir y contar. La mentira es una forma de hablar que oculta otras formas de contar la realidad. Es el prolegómeno de una vida enfrentada con la mentira que habla. Una deformación sobre cierta forma de ver la realidad. Una interpretación que se impone convirtiéndose en estructura. Mentiras colectivas que hilvanan la trama de la historia con las que explicamos y justificamos nuestro pasado y construimos nuestro futuro.
La ineludible centralidad de la mentira se convierte en fundamento de orden mundial. Más allá de consideraciones morales o éticas, la justificación de la mentira se impone como un requisito para la existencia misma. Una deformación que se impone como única visión de la realidad. La civilización está plagada de mentiras y engaños ensalzados. Necesitamos una nueva categoría que transforme la realidad y que no sea mentira. Al menos que tenga una porción de verdad en la que fundamentar nuestra vida porque, ante una situación dolorosa, de nada sirve la negaciación y el autoengaño. Necesitamos la aceptación para enfrentarnos al "duelo" y salir de la situación de dolor incorporando la experiencia para superarla.
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