"Buscaos a vosotros mismos y si os encontráis lo habréis encontrado todo". J. Bohme
El tiempo no tiene ser; el pasado sigue siendo en el presente, el presente no permanece y el futuro pertenece al mundo de los sueños. La realidad es el deseo de ver y re-conocer la manifestación y la revelación en el presente.
El misterio de la vida se manifiesta a través de la intención. El ser humano es una potencialidad; pero se constituye frágil y evoca el futuro y la angustia como posibilidad.
Ser es realizarse, manifestarse y revelarse desplegando todas las posibilidades. La esencia de las cosas se revela a través del ser. El cerebro fija lo que es capaz de ver y construye la realidad a partir de los recuerdos, de los deseos y de las ilusiones.
Einstein tomó una brújula y observó fascinado su movimiento. La fuerza que movía las agujas de la brújula estaba en todas las cosas e influía en todos los objetos que la rodeban. La fuerza de atracción siempre está ahí; pero somos incapaces de detectarla con los sentidos.
La Libertad del acto determina su verdadera naturaleza y la vitalidad de la acción se dilata en la memoria. La actividad intencional es la conciencia y el autoconocimiento, y aspira a ser re-conocido. Aspira a ver y ser visto. La manifestación no es más que transformación de posibilidades en realidades energéticas a través de la fe.
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