APRENDIENDO A VIVIR

SOMOS LO QUE COMEMOS Y LO QUE PENSAMOS: Nuestra salud mental depende en buena medida de nuestro sistema de creencias y de nuestra alimentación.
Este blog quiere ser un punto de encuentro para las personas que buscan una explicación, para los que no comprenden; aquellos y aquellas que buscan con una actitud libre y abierta respuestas...
...quiere ser una herramienta a favor de la tolerancia, la justicia y la libertad...
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...en definitiva una herramienta para llenar nuestro vacio interior y recuperar la confianza...

domingo, 24 de diciembre de 2017

"LA VIDA BIPOLAR"

"La vida toda no es más que interrogaciones hechas de forma que llevan en sí el germen de las respuestas...". Gustav Meyhrinck, Golem

Todo el panorama kósmico está generado por sus propios habitantes. Con la vida aparece la creación; el nacimiento de la conciencia cristaliza la realidad. El Universo que conocemos está dividíndose constantemente, cada proceso subatómico tiene la facultad de multiplicar el mundo; nuestro cuerpo, nuestro cerebro, y nuestra conciencia se divide constantemente. El Ser, el Todo, estado Kósmico de la conciencia, se divide en múltiples conciencias unitarias que se multiplican y se deviden eternamente.

Los primeros filósofos, se servían de las parejas de opuestos para interpretar la estructura Kósmica y el proceso de la naturaleza; la relación entre el Uno y lo múltiple que configuran el devenir y la pugna perpetua que teje y desteje el Mundo fenoménico. Suponían una unidad invisible por detrás de la multiplicidad visible como fuente inagotable de vida. El mundo como campo de batalla y como producto de fuerzas en permanente pugna es una de las visiones más antiguas de la tradicción filosófica occidental. Entre los griegos, Anaximandro inició esta visión, luego desarrollada por Heráclito y culminada por Enpédocles. Lo único estable es el cambio que es la unidad del mundo. Con Parménides la unidad se fractura, y con Platón y Aristóteles, el mundo natural-sensible, está regido por el cambio. Solo son inmutables, para Platón, el mundo de las Ideas, y para Aristóteles, el mundo Supra-lunar.

Empédocles de Agrigento, filósofo griego del siglo V a.C. proponía el Amor y la Discordia como los polos sobre los que giraban los principios básicos que dirigían el Mundo. Más tarde, Sigmund Freud tomaría esta propuesta para formular su tesis sobre el Eros y el Thánatos. El Eros tendería a unir y el Thánatos a separar. A través de estos dos polos Freud explicaría la naturaleza del ser humano, denominando pulsiones (instinto en los animales) a las fuerzas derivadas de las tensiones somáticas del ser humano; diría que existe una pulsión de vida, o Eros (uno de los polos) y unha pulsión de muerte, o Thánatos (el otro polo). En "El malestar en la cultura", adjudica al ser humano una inherente "...pulsión de odiar y aniquilar...". Sin embargo, autores como Rousseau y Adler considerarán que el ser humano  nace bueno, pero se corrompe en la relación social. Carl Jung  incorporará elementos a tener en cuenta en la configuración de la "maldad" con los Arquetipos, la Sombra y el Inconsciente colectivo.

En la Biblia, en el segundo libro de la creación, Adán, primera criatura humana (andrógina) es depositado en el Edén, jardín en el que hay dos árboles especiales: el árbol de la vida y el árbol de la ciencia del bien y del mal. Adán representa la criatura total, puesto que es uno con el Todo. Pero concibe el deseo de proyectarse hacia el exterior y de darle forma independiente a una parte de su ser total. Yahveh toma un costado de Adán y con el crea algo independente. A partir de ese momento, se pierde la unidad, la conciencia Kósmica, y comienza la polaridad como se puede ver en el arquetipo judeo-cristiano del bien y del mal, representado por dos personalidades polares, Caín y Abel. Los mitos de todos los pueblos y de todas las épocas reconocen este tema central de la condición humana y lo representan en imagenes semejantes.

A partir de la división de la conciencia, la historia del ser humano es la historia de la persecución de la Totalidad, de la Unidad que se le hace inalcanzable. La polaridad lleva al ser humano a caminar entre elementos opuestos hasta que integre y asuma el Todo y de nuevo vuelva a ser Uno con la Totalidad. En la tragedia griega, el ser humano debe obtar por uno de los polos (posibilidades) y decida lo que decida, nunca acertará. En la Unidad se reunen todas las polaridades sin distinción, mientras que la polaridad y la división son el principio de este mundo. La terminología religiosa señala que el mundo polarizado es pecaminoso, diabólico, por lo que todos los guias espirituales exhortan a abandonarlo.

Algunas religiones nunca intentaron convertir este mundo en un paraiso, al contrario, enseñaron y enseñan la forma de aislarse de él. Toda aplicación del potencial humano para un fin funcional tiende a ser diabólico. La "verdad" que ofrecen destruye las ilusiones con las que nuestro "si-mismo" intenta fortalecerse. Su magisterio frena los sueños y el sentimiento, y acaba fortaleciendo el mal, al convertir a la religión en un ensueño sentimental que el individuo interioriza como un engaño. En el Sandokai, uno de los testos básicos de la filosofía Zen se dice: "Luz y oscuridad están frente a frente. Pero la una depende de la otra como el paso de la pierna izquierda depende del paso de la derecha.". El versículo 22 do Shinjinmei, el más antiguo texto del budismo Zen dice: " Si queda en nosotros la más mínima idea de la verdad y el error, nuestro espíritu sucumbira en la confusión.".

El ser humano cuando nace, no es pecador ni culpable, y no debe dejarse abrumar por la duda, ya que la división no es pecado ni es la personificación del mal. El miedo es encogimento y represión, una actitud que impide la verdadera apertura y expansión en el camino hacia la Unidad. Para alcanzar la Unidad hay que hacer algo más que huir y cerrar los ojos. Por encima de toda polaridad está la "luz", la oscuridad aparece con el paso a la polaridad cuya finalidad es exclusivamente hacer reconocible la luz y servirle como soporte. La luz existe, la oscuridad no.  La oscuridad nada puede contra la luz. Los aspectos oscuros, la sombra, solo son ameazadores mientras permanecen en la oscuridad. La simple contemplación del contenido de la sombra lleva la luz a las tinieblas.

La contemplación (observación) es la fórmula para adquirir conocimiento del Si-mismo, transforma la calidad de lo contemplado, ya que hace la luz; es decir, ilumina el conocimiento. El ser humano engañado por un espejismo piensa que el mundo es imperfecto, y no se da cuenta de que solo contempla (observa) con su mirada uno de los polos (una posibilidad), olvidando el otro polo que conduce a la Unidad. Tenemos que aprender a reconocernos en todo lo que existe, y que la vida es polar. Existe una forma de mirar distinta a la habitual (el otro polo) que nos enseña el camino hacia la Totalidad; un camino de experiencias sin temor. Se necesita mucho valor para afrontar conscientemente los desafíos de la vida. Solo la conciencia que nos permite observarnos a nosotros mismos, puede hacer que no nos desviemos del camino. La primera ley, la más importante, y la más íntima de cada persona es la obligación de desarrollar su Si-mismo, que es la propia vida,  y de unificarse con todo lo que existe después. El instrumento de unificación es el polo del amor; el principio del amor es fortalecer el interior para abrirse a recibir lo de afuera. El amor es la sustancia  que brota en el  camino hacia la Unidad; une, no separa, porque el amor convierte el "tu" en "yo" y el "yo" en "tu". El amor es afirmación sin límites ni condiciones, y lleva a ser uno con todo el Universo.

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