"El hombre existe porque se acepta a sí mismo como existente que dura, el hombre se elige a si mismo como existente". S. Kierkegaard
Hegel define al ser como lo inmediato indeterminado. El ser es el más universal de los conceptos. Es un ente comprensible relativamente a si mismo y es esbozado en la oscuridad. Todos los entes duran; pero el hombre dura y existe. El hombre que no se elige, vive en un estadio de falta de compromiso, viviendo la momentalidad, y evitando su ingreso en el devenir temporal. El individuo, dice Hegel, es una conciencia infeliz cuando se siente separado y aislado de todo. Pero toma conciencia de que ese desarraigo no es tal, porque descubre que es una pieza fundamental del Todo.
El bien y la conciencia determinan al hombre como individuo particular, pero solo para ser proyectado en lo general. Enfrentado a la responsabilidad de verse cara a cara con el Todo, el individuo se enfrenta al existir misterioso e irracional, y se angustia. La relación con el Todo se ve como un absurdo y aparece la incomodidad de la angustia. El individuo que contemplamos en su inmediatez corpórea y psíquica encuentra su tarea en el conocimiento de su individualidad para proyectarse en lo general.
La "nueva filosofía" se afana por cambiar el conocimiento del si mismo por lo inmediato. La angustia en lo general existe por el abandono de la fe y el desconocimiento de lo particular. Desde el conocimiento de lo particular, el individuo se reafirma en lo general y, como tal se encuentra en relación directa con el Todo. Lo general se convierte en lo ético que revierte y reafirma lo particular. El niño crece y se desarrolla determinado por el exterior, pero en el adulto es a la inversa. Lo íntimo siempre es superior a lo exterior.
La "nueva filosofía" se afana por cambiar el conocimiento del si mismo por lo inmediato. La angustia en lo general existe por el abandono de la fe y el desconocimiento de lo particular. Desde el conocimiento de lo particular, el individuo se reafirma en lo general y, como tal se encuentra en relación directa con el Todo. Lo general se convierte en lo ético que revierte y reafirma lo particular. El niño crece y se desarrolla determinado por el exterior, pero en el adulto es a la inversa. Lo íntimo siempre es superior a lo exterior.
El temor revela al "ser ahí" en cuanto ser en el mundo que tiene que comprender y comprenderse para liberarse de la angustia. El comprender es siempre liberador y contribuye a construir el ser en general. De esta forma el individuo le da sentido a la existencia a través del "para que", y se convierte en "posibilidad".
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