APRENDIENDO A VIVIR

SOMOS LO QUE COMEMOS Y LO QUE PENSAMOS: Nuestra salud mental depende en buena medida de nuestro sistema de creencias y de nuestra alimentación.
Este blog quiere ser un punto de encuentro para las personas que buscan una explicación, para los que no comprenden; aquellos y aquellas que buscan con una actitud libre y abierta respuestas...
...quiere ser una herramienta a favor de la tolerancia, la justicia y la libertad...
...un instrumento para tomar el control...
...una ayuda para conocerse mejor, comprender la existencia humana, nuestras necesidades y apegos...
...en definitiva una herramienta para llenar nuestro vacio interior y recuperar la confianza...

domingo, 4 de marzo de 2018

"EL CANTO DEL INCONSCIENTE"

"La existencia corresponde a la realidad singular". S. Kierkegaard

Vigotsky pensaba que pensamiento y lenguaje tenian raíces genéticas distintas, tanto filogenética como ontogeneticamente. Pero que se desarrollaban en una contínua influencia recíproca. Creía que el lenguaje podía determinar el desarrollo del pensamiento. Sin embargo, lenguaje y pensamiento se encuentran, de tal forma que el pensamiento se hace verbal, y el habla, racional. 

Lago de Montaña, chamán de los indios Pueblo de Nuevo México, dijo en cierta ocasión a Jung: "observe que rostro tan cruel tienen los blancos. Sus labios son finos, su nariz afilada, su rostro está tenso y torturado por sus pensamientos, sus ojos miran fijamente, siempre están buscando algo, ¿qué buscan? Los blancos siempre quieren algo, siempre están nerviosos e inquietos, nosotros no sabemos lo que quieren, no los comprendemos, pensamos que están locos...". 

La angustia es para muchos, una puerta a la locura. Para Kierkegaard, la angustia y la desesperación constituyen dos estados de la conciencia que ponen de manifiesto la fragilidad humana; pero, a la vez, anuncian su grandeza, porque solo puede angustiarse y caer en la desesperación un ser libre. El yo solo esta determinado cuando decide, y a través de la decisión elige desechar "la nada" y abandonar el "estado de angustia".

El ser humano nace bajo ciertos patrones de comportamiento (temperamento) que se expresan a través de arquetipos. Siente angustia porque "su razón" bloquea su carácter de infinitud e impide su relación con el mito a través del inconsciente . Decía J. P. Sartre que el hombre es radicalmente libre y el único responsable de su vida y que el miedo aparece ante un peligro concreto; pero la angustia  no tiene motivo específico, es miedo de uno mismo, a las consecuencias a nuestras decisiones.

El hombre y la mujer solo se pueden completar cuando aceptan y dejan fluir el mito que hay en ellos. Como diría Heidegger, el "hombre es el pastor del ser" y, desde una nueva concepción de lo humano, tiene que cuidarlo, abrirse a la luz y mostrarse dispuesto a la serenidad. Tan poco amigo del humanismo, sin embargo, reavivaba la idea de volver a lo originario, aunque se equivocaba al decir que "el pensar puro nada debe producir", porque el puro pensar es "acto de construcción".

El mito se expresa a través del lenguaje y el pensamiento. Desde siempre, el hombre ha buscado la "curación" en la relación entre el yo enfermo y el mito. A través del "canto" el enfermo se "pone la máscara del mito", se identifica con el, y "convence" al pensamiento para que reproduzca una nueva realidad curativa. El individuo "recibe" la fuerza del mito,  la interioriza, y la deja fluir. Sana porque, a través del mito, deja que su inconsciente se libere y se haga visible en la configuración de su vida. 


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