APRENDIENDO A VIVIR

SOMOS LO QUE COMEMOS Y LO QUE PENSAMOS: Nuestra salud mental depende en buena medida de nuestro sistema de creencias y de nuestra alimentación.
Este blog quiere ser un punto de encuentro para las personas que buscan una explicación, para los que no comprenden; aquellos y aquellas que buscan con una actitud libre y abierta respuestas...
...quiere ser una herramienta a favor de la tolerancia, la justicia y la libertad...
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...una ayuda para conocerse mejor, comprender la existencia humana, nuestras necesidades y apegos...
...en definitiva una herramienta para llenar nuestro vacio interior y recuperar la confianza...

jueves, 22 de marzo de 2018

LA FIGURA DEL PADRE

"¡Cuán grande riqueza es, aun entre los pobres, el ser hijo de un buen padre". Juan Luis Vives

Sabemos que no ha sido el hombre el que ha inventado el lenguaje, sino el lenguaje el que ha inventado al hombre. Las reglas de la lingüística se proyectan en las formas fundamentales de la psique, que aunque se coloquen en el plano del inconscente, son condiciones de todas las vidas mentales de todos los seres de todos los tiempos. El lenguaje es antecedente a la persona, la atraviesa y la crea, y a partir de ahí, el ser humano se proyecta a través del lenguaje. De esta forma, lenguaje y persona se van transformando. 

Tras siglos de lucha, las mujeres están logrando situarse en el lugar que les corresponde, conforme a su dignidad y derechos; sin embargo, la lucha por conseguir su emancipación está provocando un efecto colateral con el que no se contaba. Los hombres parecen estar más desorientados que nunca. Los cambios provocados por el feminismo, han dejado un paisaje social con un nuevo papel para el hombre y, consecuentemente, para el padre.

En la sociedad actual, existe el convencimiento de que el rol de madre y padre son intercambiables. El modelo social dominante es hoy el de madre-hijo/a, asumiendo el padre el papel de un hermano mayor. La profesora de estudios de la mujer del Wellesley College Rosanna Hertz sostiene que los padres, simplemente no son necesarios. En la misma línea, la profesora de la Universidad de Cornell, Peggy Drexler, en su libro, "Educando a los niños sin hombres", mantiene la bondad de criar a los niños sin padres

El padre debe ser mucho más que un niño-adulto. La figura del padre atraviesa una crisis capaz de provocar profundos desequilibrios con consecuencias imprevisibles. En el lenguaje actual, lo masculino/paterno excluye ciertas especificidades que pueden tener efectos perversos cuyas consecuencias pueden pasar inadvertidas en una sociedad que educa a sus ciudadanos para la gratificación directa.

La influencia de un padre sobre su hijo/a es irremplazable. La realidad cotidiana y, numerosos estudios demuestran deficiencias cualitativas en niños/as que han crecido sin padre. Los niños/as que se benefician de la presencia de un padre interesado y comprometido en su vida académica, emocional y personal, cuentan con mayor capacidad lingüística y cognitiva, y son más sociables; sufren menos trastornos de comportamiento, tienen una autoestima más elevada y desarrollan una mejor empatía con los demás. Sucede todo lo contrario en familias con el síndrome de la ausencia de la figura paterna, o el síndrome de la función paterna en fuga. Aunque existe la figura paterna, y/o esté presente, no ejerce como tal. La pérdida cultural no es el padre en sí, sino la paternidad como función insustituible y esencial.


1 comentario:

  1. Padres y madres... de ellos surgen todos aquellos conflictos que uno tendrá en su vida adulta hasta que tome conciencia de que solo existe una autoridad, la suya propia.

    Los padres y madres son la primera autoridad que conoce el ser, y dependiendo de cómo estos ejerzan esa supuesta autoridad, el/la hij@ verá la vida de una u otra manera, y se enfrentará a ella de una u otra manera.

    Desde mi punto de vista, hasta se tendría que eliminar a las madres, de hecho, pueden ser más tóxicas en su sobrepresencia que un padre ausente (y soy madre, que ha tratado de hacerlo lo mejor posible dentro de sus limitaciones como ser humano).

    La verdad es que, todo por el impulso biológico. Al fin ya al cabo, somos animales. Sin embargo, lo más racional me parecería dejar de tener hijos, puesto que la existencia humana no parece tener sentido alguno. La historia se repite una y otra vez porque nadie aprende de experiencias ajenas.

    Adoro a mi hija, pero ojalá el reloj biológico no hubiese sonado, y le habría evitado el sinsentido de la vida.

    Creo que además de biología, esto de tener hijos también está relacionado con el ego.

    En fin... desvaríos míos. Un saludo!!

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