APRENDIENDO A VIVIR

SOMOS LO QUE COMEMOS Y LO QUE PENSAMOS: Nuestra salud mental depende en buena medida de nuestro sistema de creencias y de nuestra alimentación.
Este blog quiere ser un punto de encuentro para las personas que buscan una explicación, para los que no comprenden; aquellos y aquellas que buscan con una actitud libre y abierta respuestas...
...quiere ser una herramienta a favor de la tolerancia, la justicia y la libertad...
...un instrumento para tomar el control...
...una ayuda para conocerse mejor, comprender la existencia humana, nuestras necesidades y apegos...
...en definitiva una herramienta para llenar nuestro vacio interior y recuperar la confianza...

lunes, 30 de enero de 2017

EL TIEMPO III

"...el alma virtuosa puede aspirar a la eternidad, abrazar y comprender las grandes renovaciones cíclicas de la creación y percibir así que las futuras generaciones no presenciarán nada nuevo". Marco Aurelio

La ciencia se mueve en el ámbito de la materia inerte, pero es incapaz de penetrar en el ámbito del impulso vital, porque su ámbito es el exterior. El tratamiento matemático de la realidad reduce y empobrece a los seres vivos. Hay una realidad exterior que pertenece al tiempo y al espacio físicos y una vida interior que supera los límites del espacio y del tiempo, donde residen los resortes de nuestra conducta, un vivir hacia adentro que nos permite intuir la vida más allá de la inteligencia y de la materia. 
  
Para Bergson la vida no puede ser reducida a un lugar. Está en el mismo ser material, pero se mueve, cambia, dura. La duración interior se va gestando con la creativa respuesta que le damos a nuestros actos. Es necesario superar los hábitos contraídos por la inteligencia en su contacto con la materia. La tradición griega identificaba al ser humano como dotado de "nous", capaz de tener visión intelectual que era la forma más alta de vida. Para Aristóteles el "nous" era la capacidad de conocer el ser y Baruch Spinoza consideraba que el grado superior del conocimiento era el intuitivo, cuya culminación seria la fusión con la sustancia. 
    
Isaac Newton creía saber lo que era el tiempo y al inicio de los "Principia" escribía: "El tiempo absoluto, verdadero y matemático, por si solo, y debido a su propia naturaleza, fluye regular, sin relación con nada exterior a el". Hoy sabemos que estaba equivocado, como demuestra la teoría restringida de la Relatividad. Parece que el tiempo depende del estado del movimiento del observador. Acaso, ¿no podría invertirse el tiempo en un universo que se estuviera contrayendo? En un supuesto así, los procesos mentales de sus habitantes, bien pudieran funcionar al revés; pero al pensar hacia atrás, percibirian la contracción del universo como si fuera una expansión; verían el Big-Crunch como si fuera un Big-Bang. 
    
Aristóteles en sus "Problemas" apunta: "De ser un círculo la vida humana, al no tener el círculo ni principio ni fin, no tenemos por qué ser anteriores a quienes vivieron en tiempos de Troya, ni ser ellos anteriores a nosotros por estar más cerca del principio". El astrónomo babilonio Kidinnu calculó el movimiento del sol con una precisión que no fue superada hasta el siglo XX; quería saber lo que ocurría en situaciones pasadas para prever acontecimientos futuros. 
  
La conciencia puede dilatarse hasta alcanzar las capas del inconsciente y retrotraerse a sus raíces originarias utilizando la intuición, que es a la vez crecimiento y novedad constante. Existe un tiempo a la medida de la inteligencia, exterior, materíal e inerte y un tiempo que pertenece al ámbito de la psique en donde reside la condición del vivir, del ser conscientes de la propia vida. Bergson diría que: "El ojo ve solo lo que la mente está preparada para comprender", y concluiría: "El tiempo es invención o no es nada en absoluto".

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