La nueva física vuelve a situar a la persona en el esquema del universo y le atribuye a la mente una posición crucial en la naturaleza. La observación de la realidad subatómica desencadena una transformación en la realidad física. Los mundos macro y microscópico se encuentran entrelazados y es la mente la que origina los cambios en el sistema cuántico.
La partícula parece leer la mente. Sumergidos en el misterioso mundo subatómico, el mundo de la experiencia racional desaparece y la materia de los sentidos da paso a vibrantes esquemas de energía en un mundo de múltiples y cambiantes perspectivas. La materia no es más que un "espectro" vibrante de energía y el mundo es una matriz de relaciones que se proyectan hacia el exterior en el que cada componente está unido a la totalidad.
En el mundo que conocemos hay más cosas de las que los ojos pueden ver. Con nuestros sentidos seleccionamos una región del espacio-tiempo con solo tres dimensiones porque no estamos preparados para percibir los dominios de otras dimensiones. Se trata de un vacío autoorganizado que parece estar constituido por "cuerdas" y nos ofrece como "posibilidad" la existencia de dos mundos diferentes. Las partículas del "otro mundo" tendrían su propia versión con fuerzas separadas para que no se produjera interacción.
El Universo parece estar penetrado por otro que no percibimos a través de los sentidos. Con una energía equivalente a la escala de Planck, la dimensión del Kosmos se mostraría con esplendor, revelando su verdadera naturaleza, con nuevas dimensiones de vibrantes y sorprendentes estructuras físicas.
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