APRENDIENDO A VIVIR

SOMOS LO QUE COMEMOS Y LO QUE PENSAMOS: Nuestra salud mental depende en buena medida de nuestro sistema de creencias y de nuestra alimentación.
Este blog quiere ser un punto de encuentro para las personas que buscan una explicación, para los que no comprenden; aquellos y aquellas que buscan con una actitud libre y abierta respuestas...
...quiere ser una herramienta a favor de la tolerancia, la justicia y la libertad...
...un instrumento para tomar el control...
...una ayuda para conocerse mejor, comprender la existencia humana, nuestras necesidades y apegos...
...en definitiva una herramienta para llenar nuestro vacio interior y recuperar la confianza...

miércoles, 25 de enero de 2017

LA TIRANIA

"No hay tiranía más cruel que la que se perpetra bajo el escudo de la ley y en nombre de la justicia". Montesquieu

Nada caracteriza la experiencia de la vida de una forma más honrada y comprensiva que la experiencia del sufrimiento diario. La historia nos habla de grandes conquistas, de grandes civilizaciones, y el descubrimiento de grandes eventos; pero siempre oculta, o pasa por alto, el terrible sufrimiento humano que acompaña a estos acontecimientos. La historia de las guerras, es la historia de las personas que fueron y son heridas, mutiladas, destrozadas, arrasadas, torturadas, humilladas, y abandonadas. El "nuevo mundo" fue construido sobre el exterminio y el genocidio, y la historia del "tercer mundo" sigue siendo la historia de humillaciones y penalidades. Las estructuras de poder que dominan el "actual mundo globalizado" hacen que los ricos sean cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres. Millones de personas están siendo excluidas de la economía porque no pueden consumir ni son productoras.

El bienetar de esta sociedad descansa sobre un mundo sumergido en la desesperación. El poder sobre la persona adquirido en esta sociedad, al asimilar todo lo que toca, al absorber toda oposición, olvida con facilidad la destrucción de los recursos naturales, la proliferación del despilfarro, y la falta de equidad en la distribución de recursos. Los agentes de "mediación" entre el poder y los ciudadanos publicitan un mundo unidimensional, con un lenguaje que aboga por la identificación y la promoción sistemática del pensamiento único. Los conceptos de demostración y crítica se sustituyen por los de aserción e imitación, donde los laboratorios de defensa, las oficinas ejecutivas, los gobiernos, los poderosos y los expertos en eficacia, tienen siempre la última palabra.
     
La personalidad autónoma y humana, y una sociedad justa y equitativa, parecen ideales propios de una época anterior que se critica por "trasnochada", mientras una minoría privilegiada goza de los bienes y representa el ideal. En la dialéctica entre lo actual y lo posible, el lenguaje pasa a ser el del engaño, la ignorancia y la sumisión. Incluso la ciencia y el arte, sucumben a un proceso tecnocrático que lejos de lograr un sistema social óptimo, reducen y limitan las posibilidades del ser humano. Se traiciona la esperanza por un mundo plagado de "juegos para adultos" con grandes palabras vacías de contenido que, pronunciadas en la radio o la televisión, se transforman en sonidos sin sentido que solo lo adquieren dentro de un contexto de propaganda y de negocio. 

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