La palabra sánscrita manas evoca lo mental, el pensamiento y el espíritu. En la mitología india quiere decir "hombre original". En Siria se habla de Mani Hayya, "Mani el vivo". Utilizada por Orfeo y atribuida a Jesús, significa: el que vive.
Pintor, filósofo, médico, poeta y músico, Mani transmitió una visión del mundo y de la vida que se expandió desde África hasta China, desde los Balcanes hasta la Península Arábiga. Su doctrina humanista y tolerante conciliaba las religiones de su tiempo (los chinos le llamaban Buda de luz y los egipcios apóstol de Jesús) para dirigir la búsqueda de la verdad hacia la luz interior que cada uno posee y así restablecer el vínculo entre el hombre celeste (la mónada, el microkosmos) y el hombre terreno (la personalidad y el cuerpo).
Mani recibe la revelación a través de su yo divino (Ángel protector o Daimon). Distingue dos naturalezas, luz y oscuridad. Enseñaba a los cristianos el aspecto esotérico y profundo del cristianismo universal, a los magos de Irán el verdadero sentido del mensaje de Zoroastro y a los budistas el camino a la liberación, hasta que el poder religioso y político eliminó toda referencia a su pensamiento.
"El espíritu le da significado a la vida, y la posibilidad de su más grande desarrollo. Pero la vida es esencia para el espíritu ya que su verdad no es nada si no puede vivir." Carl Jung
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