APRENDIENDO A VIVIR

SOMOS LO QUE COMEMOS Y LO QUE PENSAMOS: Nuestra salud mental depende en buena medida de nuestro sistema de creencias y de nuestra alimentación.
Este blog quiere ser un punto de encuentro para las personas que buscan una explicación, para los que no comprenden; aquellos y aquellas que buscan con una actitud libre y abierta respuestas...
...quiere ser una herramienta a favor de la tolerancia, la justicia y la libertad...
...un instrumento para tomar el control...
...una ayuda para conocerse mejor, comprender la existencia humana, nuestras necesidades y apegos...
...en definitiva una herramienta para llenar nuestro vacio interior y recuperar la confianza...

lunes, 21 de mayo de 2018

"AUTOPOIESIS Y COOPERACIÓN (V)"

"Y dejó de creer en él y pasó a creer en otros porque vivir creyendo en su propia persona era demasiado difícil (...) , al creer en sí siempre se veía expuesto a la reprobación de los hombres; al creer en los demás se ganaba la aprobación de cuantos le rodeaban". León Tolstoi

Cuando el cuerpo humano funciona mal, un médico puede diagnosticar que el responsable es determinado elemento, pero en realidad la causa de toda perturbación de nuestra salud siempre es múltiple, porque el organismo está constituido por una gran cantidad de bucles de realimentación. Los bucles de realimentación negativa regulan, los positivos amplifican. Si un organismo pierde una parte funcional, puede compensarla a través de bucles de realimentación. La autorrenovación constante confiere a los sistemas vivientes características singulares. La ciencia define estas características como "autopoiesis".

Las estructuras autopoiéticas se encuentran en un completísimo extremo del espacio natural de los sistemas "abiertos". Al tener capacidad de autorrenovación, son muy autónomas, y cada cual posee una identidad propia que mantiene continuamente. Sin embargo, al igual que otros sistemas abiertos, están inextricablemente encastradas en un ambiente e inextricablemente fundidas con él. Dicho ambiente involucra alimento, luz solar, agentes químicos y calor. 

Cada estructura autopoiética tiene una historia singular, pero esta historia está ligada con la historia del ámbito más vasto y a otras estructuras autopoiéticas: un entralazamiento de flechas de tiempo. Tienen límites definidos, como una membrana semipermeable, pero los límites son abiertos y conectan el sistema con el mundo circundante  con una complejidad casi inimaginable. El lenguaje, el pensamento y los sentimientos surgen de una constante realimentación, y del flujo de los pensamientos y sentimientos de otras personas que han influido en nosotros. Nuestra individualidad se "alimenta" de un "movimiento" colectivo que tiene la realimentación en sus raíces.

Algunos científicos sugieren que las estructuras disipativas que condujeron a la vida comenzaron, tal vez, en el contacto entre superficies sólidas, líquidas y gaseosas, donde hay un flujo de alta energía. Sugieren que en este nexo, las estructuras autocataliticas, como la reacción Belousov-Zhabotinsky, constituyeron una forma de protovida, cuyos descendientes se eslabonaron para formar una estructura más vasta de bucles de realimentación llamada hiperciclo. 

El ácido ribonucleico (ARN)  es un hiperciclo. Con su descendiente, el ADN, el hiperciclo incrementó en gran medida su capacidad para la interacción y la autorreplicación. La microbióloga Lynn Margulis creía que la célula que supuestamente apareció hace millones de años para convertirse en la base de las células de las plantas y los animales no es resultado de una mutación genética, sino de una simbiosis. No fue producto de una brutal competencia por la supervivencia del más apto, sino de la cooperación. 

Margulis sugiere que una de las bacterias que estaba "provocando el holocausto por oxígeno" entró en otra bacteria en busca de alimento y el organismo huésped, se protegió del oxígeno de esta célula formando una membrana nuclear alrededor del ADN, y esto creó la primera célula nucleada. En una segunda invasión por células que respiraban oxígeno, activó el cambio simbiótico. Al combatir a estos segundos invasores, el organismo acabó formando eslabones de realimentación con el invasor y éste se  quedó. 

Dice Margulis que tanto el sexo como la simbiosis son expresión de un fenómeno universal, el principio de mezclarse y congeniar. Llega a la conclusión de que toda vida es una forma de cooperación, "somos desde el cerebro hasta los pies una compilación de microbios eslabonados por cooperación simbiótica".  Kropotkin dice: "Si nosotros  (...) preguntamos a la naturaleza quienes son los más aptos, si los que continuamente guerrean entre si o los que se respaldan mutuamente, vemos de inmediato que los animales que adquieren hábitos de socorro mútuo son,  indudablemente los más aptos. Tienen más oportunidades de sobrevivir y alcanzan, en sus clases respectivas, el mayor desarrollo de inteligencia y organización corporal". Tal vez la teoría de Darwin contiene una explicación limitada y fallida del orden que observamos  en la naturaleza. 

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