APRENDIENDO A VIVIR

SOMOS LO QUE COMEMOS Y LO QUE PENSAMOS: Nuestra salud mental depende en buena medida de nuestro sistema de creencias y de nuestra alimentación.
Este blog quiere ser un punto de encuentro para las personas que buscan una explicación, para los que no comprenden; aquellos y aquellas que buscan con una actitud libre y abierta respuestas...
...quiere ser una herramienta a favor de la tolerancia, la justicia y la libertad...
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lunes, 7 de mayo de 2018

"EL CAOS Y EL ORDEN (I)"

Schopenhauer...  señala que cuando uno llega a una edad avanzada y evoca su vida, ésta parece haber tenido un orden y un plan, como si la hubiera compuesto un novelista... sugiere que, así como nuestros sueños incluyen un aspecto de nosotros mismos que nuestra conciencia desconoce, nuestra vida está compuesta por la voluntad que hay dentro de nosotros mismos que nuestra conciencia desconoce... La totalidad de acontecimientos se unen como una gran sinfonía, y todo estructura inconscentemente lo demás... el grandioso sueño de un solo soñador donde todos los personajes del sueño también sueñan... Joseph Campbell 

Dice Hesíodo en su Teogonía: "Primero fue el caos, y luego la Tierra de ancho seno". Los pueblos antiguos creían que las fuerzas del caos y el orden formaban parte de una tensión inestable, de una armonía precaria. Pensaban que el caos era algo inmenso y creador. La turbulenta y flamante perspectiva científica que ve una reciprocidad entre el orden y el caos es también una idea muy vieja. Contaban que el mito Tiamat se enfureció cuando una hueste de formas nuevas salió tambaleándose del caos y comenzó a dar forma al universo. Comprendió que su reino, maravillosamente desaliñado, se estaba encogiendo y, para recobrar su territorio, tramó la eliminación del orden que había generado. Hasta que finalmente Marduk la derrotó y creó un nuevo orden. 

La idea mítica de que la creatividad cósmica depende de cierta reprocidad entre el orden y el desorden sobrevive incluso en las religiones monoteístas. Quizás esa lucha del orden contra el caos sea una lucha interior. Parece existir un límite borroso entre el orden y el caos y, la figura que emerge de ese límite es Dionisos, el dios del frenesí azaroso que subyace a las rutinas de la cultura; el dios indio Shiva, que habita en campos de batalla y encrucijadas; y también, el peso del pecado y la muerte. 

En la antigüedad los mundos-espejo del caos y el orden humano vivían en alianza, pero la ciencia lo cambió todo. Durante siglos se suprimió el mundo-espejo del caos. Los humanos tenemos una gran necesidad de ordenarlo todo. La idea mítica del desorden comienza a ordenarse con la inyección de agua o el aire en Tales, Anaximandro y Anaxágoras. Aristóteles llevó el enfoque científico un paso más allá. Conjuró que el orden lo impregna todo. Los pensadores medievales y renacentistas transformaron este concepto en la gran cadena del Ser, que abarcaba todas las formas de vida, desde la más ínfima a los ángeles. Los hermetistas o alquimistas medievales mezclaron el gnosticismo, el cristianismo y las teologías de Egipto, Babilonia Y Persia. Pensaban que la creación era un proceso en constante renovación. Sentenciaban: "así como arriba, abajo".

En tiempos de Galileo, Kepler, Descartes y Newton, el espíritu científico y la supresión del caos habían ganado la partida. Las leyes newtonianas de la mecánica celeste y las coordenadas cartesianas crearon la impresión de que todo se podía describir en términos matemáticos o mecánicos. Laplace imaginó que un día los científicos deducirían una ecuación matemática que lo explicaría todo. Pero, ya en el siglo XVIII los científicos comienzan a preguntarse por qué no podían inventar una máquina de movimiento perpetuo, era precisamente porque la energía de la máquina cobra una forma que no se puede recuperar y utilizar de nuevo. La energía se vuelve desorganizada, caótica, lo que condujo a la fundación de la termodinámica. 

Durante un tiempo, la entropía desafió el concepto de orden universal newtoniano. Acaso el que las formas estén condenadas a la entropía y un deterioro acumulativo significa que el caos es tan poderoso como el orden. Boltzmann intentó neutralizar el desafío del caos, pero en un sistema complejo donde billones de átomos y moléculas giran de aquí para allá chocando entre sí, resulta improbable que mantengan una relación ordenada. Sin embargo Boltzmann impidió que el caos corrompiera el reducionismo y demostró que el caos pasivo de la entropía térmica no era más que una expresión del orden newtoniano. 

Al tiempo que Boltzmann exponía la mecánica de la entropía, Darwin y Wallace anunciaban que el azar era un factor clave en los procesos mecanicistas que gobiernan las formas complejas. Destronados como vástagos de los dioses, los seres humanos se entronizaron como poseedores del conocimiento de las leyes. Pero, las ecuaciones no lineales, que los científicos del siglo XIX conocían vagamente, y que son como una versión matemática de la frontera entre dos mundos aventuraban un paisaje aparentemente normal, pero con la sorpresa de que pueden permitir hallar, de repente, una realidad alternativa, e ilustrar elegantemente el caos. En un mundo no lineal, que incluye nuestro mundo, la predicción exacta es práctica y teóricamente imposible y ha hecho añicos el sueño reduccionista. 

Las ecuaciones de la teoría general de la relatividad einsteniana son esencialmente no lineales. Una de las cosas que predice es la teoría de los agujeros negros, ruptura en el esquema espacio-tiempo donde las ordenadas leyes de la física se desintegran. Con posteridad se comprobará que la realimentación negativa y positiva están en todas partes, en todos los niveles de los sistemas vivientes, en la ecología, en la psicología y, en los términos matemáticos de las ecuaciones no lineales. La realimentación, como la no linealidad, encarnan la tensión esencial entre el orden y el caos. 

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