"En la leve resistencia de la cosa, causada por el paso del tiempo y la pesadez material, en su roce con el cuerpo del que entra se revela un cuerpo autónomo que se nos contrapone". Handke
La termodinámica predice el agotamiento del universo y su eventual extinción por muerte térmica o entropía; predice un mundo cautivo del tiempo. La segunda ley, formulada inicialmente por Rudolf Clasius, introdujo el tiempo y la historia en un universo que Newton y la física clásica dicen eterno. Como las ecuaciones de la mecánica newtoniana son "reversibles", los físicos llegaron a la convicción de que en el nivel básico de la materia el tiempo no tiene dirección.
La reversibilidad del tiempo también aparece en las ecuaciones de la mecánica cuántica, y ha sobrevivido a varias revoluciones de la física. Es un concepto tan arraigado que incluso Einstein le escribió a la viuda de su amigo Michele Besso: "Michele ha dejado de estar en el mundo antes que yo. Esto no tiene importancia. Para nosotros, los físicos convencidos, la distinción entre pasado, presente y futuro es una ilusión, aunque persistente".
Los sistemas abiertos para evolucionar y mantener su forma consumen energía y materia, y producen entropía (desechos, energía aleatoria) que disipan en el ambiente. La entropía de un sistema puede ser el "alimento" de otro. Priogogine denomina estructuras disipativas a los sistemas capaces de mantener su identidad si permanecen continuamente abiertos a los flujos del medio ambiente.
Actualmente es ley que lo que está lejos del equilibrio permite que surjan estructuras, permite orden a partir del caos. Los sistemas estructuran el espacio agrupando las moléculas en patrones ordenados y marcan el "tiempo" mediante una evolución y cambios constantes. Nunca son iguales, aunque conservan la misma organización básica.
Pero el nacimiento espiralado del orden tiene su otra cara: el crecimiento del caos (la extinción del orden). Las contracciones del corazón se expanden desde un punto de activación en un frente ondulatorio circular por la superficie cardíaca. Si esta onda se rompe, genera complejas perturbaciones espirales que se autoreproducen y que son flexibles. La respuesta del corazón ante estas espirales eléctricas conduce a formas fractales y a la duplicación de períodos de fallo cardíaco. Se cree que pasa algo similar en los ataques epilépticos.
Hace miles de años, los antiguos pueblos de Europa construyeron círculos de piedra y los decoraron con espirales interconectadas. Motivos similares aparecen a lo largo de todo el mundo. C. G. Jung decía que dichas imágenes eran arquetipos en el inconsciente colectivo de la humanidad. Se trata de la expresión de la sabiduría colectiva a través de sus intuiciones acerca de la totalidad de la naturaleza, el orden y la simplicidad, el azar y la previsibilidad que se encuentran en la interconexión, en el nacimiento, y en la muerte de la vida.
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