El misterio desborda por su trascendencia lo humano: El Arché de Anaximandro, el Ser de Parménides, el fuego de Heráclito; el motor eterno, inmóbil y sin extensión de Aristóteles, acto puro, pensamiento de pensamientos y causa final de todo el universo que ordena la naturaleza. El Logos que se vincula al Pneuma que todo lo penetra dándole vida y al que nada se le escapa.
El dogma fundamental de la filosofía vedanta afirma que la materia no tiene esencia independiente de la mente. Dice Schopenhauer, "El mundo es mi representación. Esta es la verdad que vale para todo ser viviente y cognoscente aunque solo el hombre puede llevarla a la consciencia por la reflexión abstracta". La verdad permanece escondida tras los objetos sensibles. Al ser humano se le "revelan" verdades que puede llegar a entender con mucha dificultad a través de su intelecto si logra que sus pensamientos no se pierdan en sus errores y es capaz de encontrar la seguridad del camino.
Sócrates afirmaba que "el hombre es capaz de conocer la verdad, de superar la opinión, elevándose del conocimento de los conceptos, a lo universal". Lo universal se proyecta a si mismo en "la paz y el silencio" que se vincula al "intelecto" para dar origen a la "sabiduría". Las entidades son modos de esa sustancia única de la que hablaba Spinoza.
La teoría del conocimiento de Platón explica la presencia de los conceptos universales recurriendo a la teoría de la "reencarnación" de los Pitagóricos. La realidad espiritual, consustancial con la divinidad, expresada por Platón en su fórmula famosa se producirá, a través "del recto conocimiento", "la gnosis".
La gnosis representa un conocimiento especial, algo así como una verdadera ciencia cuya meta es identificarse con el propio objeto a conocer a través de la pugna entre lo bueno y lo perverso. El "sujeto", en estado previo a la "gnosis" se encuentra alienado, enajenado de si. Solo "el autoconocimiento", a través de la "gnosis", puede hacer que tome plena conciencia de si mismo y se sienta libre para entender su vinculación con "la Totalidad".
El gnosticismo tiene sus raíces en los "oráculos caldeos y persas", en las doctrinas órfico-pitagóricas y en el dualismo platónico. Los "gnósticos pretendían conseguir el conocimiento intuitivo del misterio de la vida a través del conocimiento introspectivo de ""Lo divino". Bajo esta filosofía, el ser humano es autónomo para salvarse a si mismo. La verdad es una conquista personal, para la que la educación solo nos prepara. La gnosis nos aporta la solución, a través de la participación en la totalidad.
El dogma fundamental de la filosofía vedanta afirma que la materia no tiene esencia independiente de la mente. Dice Schopenhauer, "El mundo es mi representación. Esta es la verdad que vale para todo ser viviente y cognoscente aunque solo el hombre puede llevarla a la consciencia por la reflexión abstracta". La verdad permanece escondida tras los objetos sensibles. Al ser humano se le "revelan" verdades que puede llegar a entender con mucha dificultad a través de su intelecto si logra que sus pensamientos no se pierdan en sus errores y es capaz de encontrar la seguridad del camino.
Sócrates afirmaba que "el hombre es capaz de conocer la verdad, de superar la opinión, elevándose del conocimento de los conceptos, a lo universal". Lo universal se proyecta a si mismo en "la paz y el silencio" que se vincula al "intelecto" para dar origen a la "sabiduría". Las entidades son modos de esa sustancia única de la que hablaba Spinoza.
La teoría del conocimiento de Platón explica la presencia de los conceptos universales recurriendo a la teoría de la "reencarnación" de los Pitagóricos. La realidad espiritual, consustancial con la divinidad, expresada por Platón en su fórmula famosa se producirá, a través "del recto conocimiento", "la gnosis".
La gnosis representa un conocimiento especial, algo así como una verdadera ciencia cuya meta es identificarse con el propio objeto a conocer a través de la pugna entre lo bueno y lo perverso. El "sujeto", en estado previo a la "gnosis" se encuentra alienado, enajenado de si. Solo "el autoconocimiento", a través de la "gnosis", puede hacer que tome plena conciencia de si mismo y se sienta libre para entender su vinculación con "la Totalidad".
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