APRENDIENDO A VIVIR

SOMOS LO QUE COMEMOS Y LO QUE PENSAMOS: Nuestra salud mental depende en buena medida de nuestro sistema de creencias y de nuestra alimentación.
Este blog quiere ser un punto de encuentro para las personas que buscan una explicación, para los que no comprenden; aquellos y aquellas que buscan con una actitud libre y abierta respuestas...
...quiere ser una herramienta a favor de la tolerancia, la justicia y la libertad...
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jueves, 19 de octubre de 2017

"SENTIMIENTO DE INFERIORIDAD"


"No hay individuo humano que encuentre reposo bajo el yugo de un sentimento de inferioridad". Alfred Adler

Alfred Adler, igual que Jean-Jacques Rousseau, creían que los bebés nacen con un potencial intrinsecamente bueno; pero también decían, que el contexto social (en contra de lo que pensaba Platón) y familiar podían transformar ese potencial en su contra. La deprivación ambiental, puede afectar el desarrollo futuro de los niños, haciendo que sientan que valen menos que los demás, que son menos queridos, menos aceptados, etc., lo que generará en el niño o en la niña trastornos en su desarrollo, entre los que, con seguridad, va a estar el sentimento de inferioridad, que el niño, el joven, y el adulto, va a intentar compensar en su quehacer cotidiano. 

En la cima de la pirámide de los agentes que influyen en la educación que recibimos se encuentra el Estado. Le siguen la escuela, el grupo de amigos, las nuevas tecnologías, y los medios de comunicación. En el núcleo de la pirámide está la familia. Valores, principios, afectos y límites, entre otros, son aspectos fundamentales de la educación. En cualquier ámbito de los referidos, se verá el reflejo del estilo educativo, según sea la educación que recibimos, autoritaria, "dejar hacer sin límites", o sobreprotectora.

Los niños/as socializados bajo una educación autoritaria, no se sentirán queridos ni apreciados, se sentirán humillados, impotentes y maltratados. En el caso de una educación "sin límites", los niños/as no aprenderán a respetar a los demás, ni a su propia familia. En el tercer caso, se impedirá que los niños/as generen habilidades de resolución de problemas, empatía, autoestima, etc. 

En los tres casos, el resultado puede ser un niño o una niña con sentimento de inferioridad. En los tres casos no aprenden a valerse por si mismos. Los consentidos y los reprimidos se van a sentir inferiores. Como el sentimiento de inferioridad es doloroso y difícil de tolerar, los niñosy niñas, a lo largo de su desarrollo, y en la vida adulta, intentarán compensarlo y, en algunos casos, sobrecompensarlo. El que se siente excluido, querrá ser incluído, incluso a costa de excluir a los demás; el que se siente humillado, querrá vengarse. Y el que siempre vió colmados sus caprichos de niño, de mayor precisará esclavos cerca para mantener su importancia y su poder. 

El afán de poder, nace como consecuencia del sentimiento de inferioridad. Es la expresión patológica de la persona que se siente inferior. Será una neurosis como forma de tolerar, compensar y escapar al dolor del sentimiento de inferioridad. El sufrimiento psicólogo será el precio que el neurótico con sentimento de inferioridad tendrá que pagar para evitar el enfrentamiento con el problema real. Sin embargo, dominará a los demás a través de los síntomas de su "debilidad"  alimentándose de la "sombra" que opera desde su inconsciente. 

Harry Harlow diseñó un experimento con monos rhesus en el que dos madres sustitutas, construidas con un armazón de alambre, una envuelta en un paño suave, fueron colocadas en dos jaulas de monos rhesus. Cada una estaba equipada con un biberón que sobresalía de la región pectoral y de una fuente luminosa para proporcionar calor. Los monos alimentados con la madre de alambre, pasaban poco tiempo con ella en contraste con los monos alimentados con la madre cubierta de paño, que pasaban grandes períodos de tiempo con ella. 

La ausencia de la madre verdadera también tuvo efectos en la maduración social y afectiva de los monos. Aunque no manifestaban problemas durante la infancia, se daba un retraso en su desarrollo cuando se reunían con otros monos; los ignoraban y pasaban tiempo golpeándose y abrazándose a si mismos. Las hembras, cuando eran madres, eran negligentes y abusivas. 

Estos experimentos demuestran que no solo el factor de nutrición promueve las conductas de apego, sino que una adecuada estimulación, la estimación y el contacto físico son fundamentales.

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